RESUMEN
Para determinar la utilidad del ecocardiograma y Doppler en el diagnóstico de cardiopatía en pacientes chagásicos asintomáticos se estudiaron 70 dadores voluntarios de sangre con antecedentes de provenir de zona de endemia y con reacciones humorales positivas para tripanosomiasis sudamericana. Se compararon con un grupo control compuesto por dadores de sangre sin antecedentes de medio y con reacciones negativas. Ambos grupos fueron similares en edad y sexo. En el grupo chagásico el ECG fue anormal en 12 casos (17.14 por ciento): la alteración mas frecuentemente hallada fue el hemibloqueo anterior izquierdo (9 casos, 62.5 por ciento). En el grupo control no se observaron alteraciones (p=0.0005). El ecocardiograma y Doppler fue anormal en 29 casos del grupo de chagásicos (38.8 por ciento ): en 8 casos (27.6 por ciento) se observó alteración en la relajación ventricular, en 9 (31 por ciento) agrandamiento de cavidades, en 9 (31 por ciento) asociación de ambas y en 3 (10.3 por ciento) alteración en la motilidad parietal. En el grupo control un caso (2 por ciento) evidenció alteración en la relajación ventricular (p=0.000008). Los resultados confirmaron que los hallazgos anormales se vinculaban con la infección chagásica. En el conjunto de los 70 pacientes chagásicos, 31 (44.29 por ciento) presentaron alguna alteración en los exámenes efectuados: 12 ECG anormal, entre los cuales solamente dos tuvieron ecocardiograma y Doppler normales, y 29 ecocardiograma y Doppler anormales, entre los cuales 20 tuvieron ECG normal. Se concluye que el ecocardiograma y Doppler constituye un método más sensible para detectar compromiso cardíaco en pacientes chagásicos asintomáticos, evidenciando anormalidad en muchos casos en los que no hay alteraciones en el ECG. La inversa, pacientes con ECG anormal y ecocardiograma y Doppler normal, si bien es posible, es mucho menos frecuente. En consecuencia, se postula que, para definir la etapa indeterminada de la enfermedad de Chagas debería incorporarse el eco y Doppler como recurso diagnóstico de rutina, dado el alto porcentaje de casos en que detecta la participación cardíaca en ausencia de alteraciones clínicas, radiológicas y electrocardiográficas. (AU)
Asunto(s)
Estudio Comparativo , Humanos , Masculino , Femenino , Adulto , Cardiomiopatía Chagásica/diagnóstico , Electrocardiografía/métodos , Ecocardiografía/métodos , Cardiomiopatía Chagásica/fisiopatología , Ecocardiografía Doppler/métodosRESUMEN
La drogadicción endovenosa es un factor predisponente para el desarrollo de endocarditis infecciosa y la cocaína, en especial la administrada por vía endovenosa, puede producir daño a nivel del endotelio valvular que favorecería el desarrollo de la misma. Estudiamos un grupo de adictos a la cocaína para evaluar la posibleexistencia de alteraciones valvulares. Se estudiaron, con ecocardiografía y Doppler, a 98 pacientes adictos a lacocaína, por vía endovenosa y/o inhalatoria y se comparó con un grupo de 50 personas no drogadictas. Se definieronlas lesiones valvulares como engrosamiento valvular y lesiones del tipo ¶arrosariado÷. La edad promedio de losdrogadictos fue de 29.1 años (DS 8.31) con un máximo de 66 y mínimo de 14 años; 93 eran de sexo masculino y 45admitieron adicción endovenosa. Veinte casos tuvieron serología positiva para virus HIV, de los cuales todos excepto uno, reconocieron utilizar la vía endovenosa. El grupo control tuvo una edad promedio de 26.78 años (DS 3.49) y 96% eran de sexo masculino. No hubo diferencias significativas en edad ni sexo entre los dos grupos. El 22.45% de los adictos presentaron lesiones valvulares mientras que no la presentó ninguno del grupo control (p=0.0007). La incidencia de lesiones fue significativamente mayor en la válvula tricúspide (p=0.0004). No se detectó disfunción valvular en ninguno de los casos estudiados, ni se halló diferencia en la presencia de alteraciones valvulares entre los pacientes con y sin reactividad para infección HIV. La prevalencia de afectación valvular en función de la vía de administración de la droga fue significativamente mayor en los pacientes con adicción endovenosa en relación con la vía inhalatoria, 40% versus 7.5% (p= 0.0001). En el presente estudio hemos observado que un porcentaje de adictos a la cocaína presentaba alteraciones valvulares, siendo la tricúspide la más comprometida y en ningún caso hemos encontrado insuficiencia valvular significativa. Las lesiones halladas podrían ser el sustrato anatómico de la infección endocárdica observada frecuentemente en drogadictos endovenosos, que se localiza predominantemente sobre la válvula tricúspide.(AU)