RESUMEN
En un estudio retrospectivo sobre 78 ojos operados de glaucoma congénito con un seguimiento entre 5 y 17 años el autor encuentra tres formas evolutivas. Aquellos diagnosticados y operados tempranamente que normalizaron su presión ocular desarrollaron una visión normal (agudeza visual, campo visual y visión binocular). Los operados en estas mismas condiciones pero que no regularon en valores inferiores a 14 mmHg en los 3 primeros años, desarrollaron alteraciones semejantes al del glaucoma crónico del adulto; y aquellos que concurrieron tardiamente a la consulta o que demoraron la cirurgía presentando un buftalmo en el momento de la misma si bien normalizaron el campo visual y el nervio óptico, desarrollaron una maculopatía (AU)
Asunto(s)
Lactante , Adolescente , Humanos , Glaucoma/cirugía , Estudios de Seguimiento , Glaucoma/congénitoRESUMEN
Se presentan tres casos de Síndrome irido córneo endotelial (ICE) que engloba tres formas clínicas hasta ahora descriptas por separado: la atrofia esencial del iris, el síndrome de Chandler y el síndrome iris-nevo de Cogan Reese. Se presentan informes de Anatomía patológica con microscopía óptica y electrónica (en un caso) y una amplia bibliografía (AU)
Asunto(s)
Adulto , Persona de Mediana Edad , Humanos , Masculino , Femenino , Enfermedades del Iris/cirugíaRESUMEN
Hace 10 años, en 1972, decidí adquirir un ecógrafo modo A y elegí, luego de estudiar los modelos existentes, el Kretz 7200 MA. Mi objetivo era medir el largo axil ocular en los niños recién nacidos y establecer una curva de crecimiento ocular en niños normales hasta los 5 años de edad. De esta manera me proponía la hipótesis de llegar a diagnosticar con anterioridad el glaucoma congénito y con mayor seguridad que utilizando la medida de la presión ocular, ya que la longitud axil de estos ojos se modifica tempranamente y constituye un parámetro más estable. Conseguí este objetivo recién en 1978 y en 1982 llegué a establecer el valor de este parámetro como elemento semiológico de control en la evolución de los niños operados de glaucoma congénito. En el momento de la adquisición del ecógrafo me trasladé a la ciudad de Zipf en Austria, en donde se encuentra la fábrica de estos equipos y pasé varios días con los ingenieros de la firma para estudiar tanto la construcción como el funcionamiento normal de esta unidad. El Sr. Till estandarizó mi equipo en la Clínica Universitaria de Viena, donde pasé una corta temporada para realizar una primera práctica con este método. Mi real entrenamiento lo realicé en Iowa City con el Dr. Ossoinig y sus colab. Allí pase un largo período de entrenamiento tanto con el ecógrafo modo A como con el de modo B y volví en repetidas ocaciones. Como en Buenos Aires en esa época no existía ningún ecógrafo ocular, ni A ni B, comencé a recibir enfermos de todos los centros oftalmológicos, que me eran enviados por oculistas argentinos, fundamentalmente del Instituto Lagleyze, del Hospital Santa Lucía, del Hospital de Clínicas, del Hospital Italiano y de otras cátedras y centros oftalmológicos del interior del país. De esta manera pude realizar una extensa práctica y comprobar el valor del ultrasonido en el diagnóstico de las enfermedades intraoculares y orbitarias y, especialmente, en lo que se refiere a tumores. A todos los colegas que depositaron su confianza en nosotros vaya mi más profundo agradecimiento... (TRUNCADO)
Asunto(s)
Oftalmología , UltrasonidoRESUMEN
Hace 10 años, en 1972, decidí adquirir un ecógrafo modo A y elegí, luego de estudiar los modelos existentes, el Kretz 7200 MA. Mi objetivo era medir el largo axil ocular en los niños recién nacidos y establecer una curva de crecimiento ocular en niños normales hasta los 5 años de edad. De esta manera me proponía la hipótesis de llegar a diagnosticar con anterioridad el glaucoma congénito y con mayor seguridad que utilizando la medida de la presión ocular, ya que la longitud axil de estos ojos se modifica tempranamente y constituye un parámetro más estable. Conseguí este objetivo recién en 1978 y en 1982 llegué a establecer el valor de este parámetro como elemento semiológico de control en la evolución de los niños operados de glaucoma congénito. En el momento de la adquisición del ecógrafo me trasladé a la ciudad de Zipf en Austria, en donde se encuentra la fábrica de estos equipos y pasé varios días con los ingenieros de la firma para estudiar tanto la construcción como el funcionamiento normal de esta unidad. El Sr. Till estandarizó mi equipo en la Clínica Universitaria de Viena, donde pasé una corta temporada para realizar una primera práctica con este método. Mi real entrenamiento lo realicé en Iowa City con el Dr. Ossoinig y sus colab. Allí pase un largo período de entrenamiento tanto con el ecógrafo modo A como con el de modo B y volví en repetidas ocaciones. Como en Buenos Aires en esa época no existía ningún ecógrafo ocular, ni A ni B, comencé a recibir enfermos de todos los centros oftalmológicos, que me eran enviados por oculistas argentinos, fundamentalmente del Instituto Lagleyze, del Hospital Santa Lucía, del Hospital de Clínicas, del Hospital Italiano y de otras cátedras y centros oftalmológicos del interior del país. De esta manera pude realizar una extensa práctica y comprobar el valor del ultrasonido en el diagnóstico de las enfermedades intraoculares y orbitarias y, especialmente, en lo que se refiere a tumores. A todos los colegas que depositaron su confianza en nosotros vaya mi más profundo agradecimiento... (TRUNCADO)(AU)