En los últimos 25 años la hemoterapia ha presentado cambios tan fundamentales y desarrollos tan variados que el nombre mismo de la especialidad debió ser reconsiderado. De hecho, los servicios fueron modificando su denominación, desde la más antigua y restrictiva: Banco de Sangre (banco: lugar de depósito y despacho, con "entradas y salidas y hasta la posibilidad de quebrar") pasando por el de Hemoterapia e Inmunohematología; hasta la más amplia denominación de Medicina Transfusional, nombre que define una especialidad clínica que requiere una sólida formación de laboratorio y conocimiento de ciencias básicas que permitan desarrollar las tecnologías actuales. El objetivo de la especialidad es la corrección de un déficit orgánico de la sangre (alteración cuantitativa o cualitativa) por medio de la introducción de un componente obtenido de un donante, en la circulación de un paciente, observando las normas de la seguridad transfusional