RESUMEN
El objetivo de este trabajo es mostrar la forma en que los trastornos de la identidad de
género en un niño aparecen como síntoma de una estructura familiar inconsciente
generadora de un trauma narcisista. En el caso presentado predominan la escisión y la
desmentida tanto en el niño como en el padre. Este mecanismo les impide reconocer la
mutua desinvestidura en el vínculo y la idealización de la madre, la cual obstaculiza la
identificación masculina en el niño. Es así como el psicoanálisis de familia se convierte en
un tratamiento que permite la evolución de los vínculos familiares, dentro de los cuales el
niño logra establecer su identidad como experiencia del sí mismo. Los padres, al ocupar
su lugar en la familia, se aproximan al amor maduro y al dolor de amar, lo que les ayuda a
tolerar las diferencias, para dar origen a un proyecto de alteridad con el niño. Se concluye
que la identidad de género implica una integración psíquica de lo masculino y lo femenino,
lograda en los intercambios inherentes al vínculo con los padres. El amor maduro no
excluye el amor narcisista, debido a que algunos aspectos del narcisismo del padre
también pasan al narcisismo del hijo (AU)