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El cuerpo en psicoanálisis

Acevedo de Mendilaharsu, Sélika; Bouza de Suaya, Graciela; Fernández, Aída A.; Ginés, Angel M.; Neme, Juan Carlos; Probst, Enrique.
Revista Uruguaya de Psicoanálisis ; n. 61: p. 33-50, 1982. il.
Artículo en Español | Bivipsil | ID: psa-17553
El trabajo se divide en tres partes 1) en la primera, se enfoca el problema de la imagen del cuerpo y del cuerpo pulsional; 2) en la segunda, se estudia la relación entre el cuerpo y el lenguaje; 3) en la tercera, se consideran los distintos modos de hablar del cuerpo en la sesión analítica, ilustrando con material clínico. Imagen del cuerpo y cuerpo pulsional. Se distingue la imagen del cuerpo o esquema corporal, concepto común a distintas disciplinas inclusive el psicoanálisis, del cuerpo pulsional, concepto exclusivamente psicoanalítico. Unidos y separados en una irreductible ambigüedad, la imagen del cuerpo y el cuerpo pulsional aparecen como dos centros o polos que fijan la circulación de las palabras que se dicen sobre el cuerpo, cualquiera sea el lugar donde se originan filosofía, mitología, arte, religión, ciencia, psicoanálisis, etc. Y esa ambigüedad se refleja de un modo ejemplar en los temas comunes, de los cuales se dan algunos ejemplos. Pero también está la ambigüedad en la noción misma de imagen del cuerpo que tiene, sea los caracteres de un hecho fisiológico, sea de un hecho psicológico o psicoanalítico. Junto a estos cuadros, aparecen otros en los que la personalidad está más ampliamente inmersa en la alteración de la continuidad y unidad del cuerpo (síndromes de negación, delirios somáticos, despersonalización, etc.). El médico, en este caso más precisamente el psiquiatra, deja de jerarquizar el substractum neurológico o neuroquímico, y privilegia la vivencia, el relato, y aun puede destacar la importancia de la historia la subjetividad está en juego', pero limitada a la conciencia. Es con Freud y con el desprendimiento del racionalismo de la tradición filosófica clásica y de sus desarrollos humanísticos de los siglos XVIII y XIX que surge el cuerpo pulsional, cuerpo erógeno, sexual, que Freud describe en los "Tres Ensayos", atribuyendo la erogeneidad a todas las partes del cuerpo, incluidos los órganos internos (1905-1915). Se analiza el rol de la pulsión de muerte, el otro componente del par que Freud aísla en el cuerpo pulsional. La pulsión de muerte como componente silencioso del par pulsional está desde luego actuando en la imagen del cuerpo, manteniendo entre otras cosas la inmovilidad de las imagos identificatorias. Cuerpo y lenguaje. La imagen del cuerpo no puede ser aislada de las experiencias del lenguaje, ni en sus organizaciones actuales ni en su génesis. Freud descubrió muy tempranamente la relación cuerpo-lenguaje. Después de Freud el problema cuerpo-lenguaje preocupa a muchos autores Ferenczi, Jones, Abraham, para citar solamente a los más destacados. H. Segal en 1957 amplía y sistematiza la perspectiva kleiniana de la teoría de la simbolización. Distingue la ecuación simbólica del verdadero símbolo. En la teoría de Lacan los simbolismos sociocultural y lingüístico se imponen con sus estructuras, como órdenes ya constituidos, antes de la introducción del infans. El orden simbólico del lenguaje o de la organización social es un orden de significantes ligados por leyes. De la entrada en este orden depende el surgimiento del sujeto. En este trabajo proponemos acercarnos mejor al lenguaje de H. Segal si partimos del signo en el sentido de Saussure, llamando denotación o función referencial a la relación entre el signo y el referente (distinta de la significación y ésta a su vez distinta de la aparición de la imagen mental en el usuario de los signos). La ecuación simbólica no sería un verdadero signo en el sentido saussuriano falta la distancia entre el signo y el referente, el signo funcionaría como parte de la cosa, del objeto (signo ­cónico en el sentido de Peirce, cualidad, semejanza). Con el alcance de la posición depresiva se establece esta distancia con el referente la ausencia de la cosa es necesaria para el funcionamiento del signo como tal, en el sistema de la lengua. En este momento el signo funciona en el nivel de la simbolización en el sentido de Peirce, no sólo por moverse en el campo de la ausencia, sino porque el símbolo (la palabra) se refiere a algo por la fuerza de una ley. Por último, y como procedimiento operativo en esta etapa del trabajo, se plantean los problemas dentro del contexto clínico de la palabra en la sesión analítica. Tomando la distinción de Mc Dougall de tres cuerpos, se consideran tres discursos posibles - el discurso del cuerpo neurótico, - el discurso del cuerpo psicosomático, - el discurso del cuerpo psicótico
Biblioteca responsable: UY106.1