RESUMO
Introducción: el análisis detallado de las proporciones nasofaciales desempeña un papel fundamental para lograr la armonía facial e identificar desequilibrios; asi se dirige el tratamiento quirúrgico para lograr mejores resultados postoperatorios. El objetivo de este estudio fue determinar la prevalencia de pacientes sometidos a rinoplastia que requerían, además, un aumento del mentón. Materiales y métodos: se seleccionaron 100 pacientes voluntarios sometidos a rinoplastia entre los 17 y 55 años y se les realizó un estudio fotográfico preoperatorio. Se realizó un análisis facial del tercio inferior de la cara mediante tres métodos: González-Ulloa, Goode y Silver, y se hizo un análisis univariado y bivariado. Resultados: 100 pacientes voluntarios ingresaron al estudio; de estos, 7 fueron excluidos y quedaron 73 mujeres y 20 hombres; la edad mínima fue de 17 años y la máxima de 55 años, con un promedio de 28,4 años. La edad media de los hombres fue de 30,9 años y de las mujeres de 28,2 años. Del total de pacientes, 96,7 % de los pacientes cumplían con 2 o 3 métodos para aumento del mentón; de estos, 78,8 % eran mujeres y 21,1 % eran hombres. Conclusión: un análisis adecuado de las proporciones nasofaciales es fundamental para determinar los procedimientos necesarios para lograr un buen resultado quirúrgico y una mayor satisfacción del paciente. Estos métodos no sustituyen el juicio estético del cirujano; sin embargo, proporcionan un estándar objetivo para el diagnóstico de los desequilibrios faciales.
Introduction: Detailed analysis of nasofacial proportions plays a fundamental role in achieving facial harmony and identifying imbalances; thus, surgical treatment is directed to achieve better postoperative outcomes. The aim of this study was to determine the prevalence of patients undergoing rhinoplasty who also required chin augmentation. Materials and methods: 100 volunteer rhinoplasty patients between 17 and 55 years of age were selected and a preoperative photographic study was performed. Facial analysis of the lower third of the face was performed by three methods: Gonzalez-Ulloa, Goode and Silver, univariate and bivariate analysis was performed. Results: 100 voluntary patients entered the study, 7 of these were excluded, leaving 73 women and 20 men, the minimum age was 17 years and the maximum 55 years, with an average of 28.4 years. The mean age of the men was 30.9 years and of the women 28.2 years. Of the total number of patients, 96.7% of the patients com- plied with 2 or 3 methods for chin augmentation, of these 78.8% were women and 21.1% men. Conclusions: Adequate analysis of nasofacial proportions is essential to determine the procedures necessary to achieve a good surgical outcome and greater patient satisfaction. These methods do not replace the surgeon's aesthetic judgment; however, they provide an objective standard for the diagnosis of facial imbalances.