RESUMO
Introducción: el agua es esencial para la vida por su participación en diversas funciones del organismo. La cantidad de agua que necesitamos varía según la edad, el peso, el clima y la intensidad de la actividad física a realizar. La ingesta de gran cantidad de sodio se ha asociado con hipertensión arterial y diversas enfermedades no transmisibles.Según el Tercer Consenso Uruguayo sobre Hipertensión Arterial para la Prevención de Enfermedades Cardiovasculares se recomienda un consumo máximo de 1.700 mg de sodio por día. Objetivos: investigar la posible incidencia nutricional en la dieta hiposódica del consumo de sodio proveniente de aguas minerales envasadas con y sin gas, nacionales e importadas, de la ciudad de Montevideo. Materiales y métodos: se analizaron en total ocho muestras de aguas minerales de venta al público. Se determinó el contenido de sodio por el fotómetro de llama. La incidencia del aporte de sodio en la dieta hiposódica se estimó para un plan de alimentación de 2.000 Kcal/día promedio. Resultados: los valores de sodio contenidos en las aguas minerales envasadas, nacionales e importadas, con y sin gas, oscilaron entre 6,5 y 33,9 mg/l. Si se consumen en promedio de 2 litros de agua por día, los valores de sodio de la misma no incidirían en la dieta hiposódica. Conclusiones: las aguas minerales actualmente disponibles en el mercado montevideano tienen un contenido de sodio inferior al límite establecido por la reglamentación. El consumo de estas aguas no sería un factor a tener en cuenta al momento de establecer las recomendaciones en una dieta con restricción de sodio. Si tenemos en cuenta las distintas procedencias de las aguas minerales, conocer su contenido de sodio sería necesario para planificar las recomendaciones nutricionales en relación a este mineral.
Assuntos
Humanos , Bebidas , Águas MineraisRESUMO
PURPOSE: To evaluate the effects of repeated intravitreal dexamethasone implant (IDI) (Ozurdex®) in eyes with macular edema (ME) due to retinal vein occlusion (RVO). METHODS: We reviewed the charts of patients with RVO-related ME, who received repeated Ozurdex IDI (0.7 mg) on an 'as-needed' basis. Main outcome measures included changes in best-corrected visual acuity (BCVA), central macular thickness (CMT), retreatment interval, and incidence of side effects. RESULTS: A total of 33 eyes were included for analysis. Retreatment with Ozurdex was judged necessary after 4.7 ± 1.1 months from the first IDI (1st IDI) and 5.1 ± 1.5 months from the second IDI (2nd IDI). Baseline BCVA was 0.65 ± 0.43 logMAR; it significantly improved to 0.50 ± 0.42 logMAR after 1.4 ± 0.7 months from the 1st IDI (peaking efficacy) (p < 0.001) and to 0.48 ± 0.44 logMAR after 1.8 ± 0.8 months from the 2nd IDI (peaking efficacy) (p < 0.001). CMT decreased from 636 ± 217 µm (baseline) to 300 ± 114 µm, 1.4 ± 0.7 months after the 1st IDI (p < 0.001), and to 298 ± 91 µm, 1.8 ± 0.8 months after the 2nd IDI (p < 0.001). A rebound effect was recorded in 7 eyes after the 1st IDI (mean 168 ± 158 µm) and in 4 eyes after the 2nd IDI (mean 215 ± 199 µm). All eyes with a rebound effect improved again after a 2nd intravitreal Ozurdex injection. No serious adverse events were observed; 12 eyes developed a transient IOP increase, and cataracts were extracted in 2 eyes. CONCLUSION: Repeated intravitreal Ozurdex on an 'as-needed' basis, with a retreatment interval <6 months, may produce long-term clinically meaningful benefits in the treatment of ME due to RVO, without other significant side effects than expected after intraocular corticosteroid treatment.
