Resumo
La estacionalidad de la reproducción es una característica de la mayoría de las razas caprinas y ovinas de latitudes subtropicales. Las hembras presentan anovulación y disminución de las concentraciones plasmáticas de LH en primavera y verano, mientras que los machos disminuyen drásticamente los niveles plasmáticos de testosterona, la producción espermática y el comportamiento sexual en invierno y primavera. Esta estacionalidad es sincronizada principalmente por las variaciones naturales del fotoperiodo. Sin embargo, las interacciones socio-sexuales entre machos y hembras permiten modificar esta estacionalidad. Así, la introducción de machos en grupos de hembras en anestro estacional estimulan las actividades endocrina y reproductiva de las hembras, através del fonómeno conocido como "efecto macho". La respuesta de las hembras al efecto macho varía con la intensidad del comportamiento sexual desplegado por los machos. Por ello, los machos sexualmente activos son más eficaces que los machos en reposo sexual para estimula la ovulación de las hembras. Además, la presencia continua de los machos sexualmente activos evita la anovulación estacional, así como la disminución estacional de las concentraciones plasmáticas de LH en hembras ovariectomizadas portadoras de implantes subcutáneos que liberan estradiol. En conjunto, estos hallazgos indican que los machos cabríos y carneros sexualmente activos son una alternativa para manipular la estacionalidad reproductiva de las hembras durante el anestro estacional, y/o evitar la anovulación estacional. Además, considerando las demandas sociales para reducir o eliminar los tratamientos hormonales en la producción animal, la asociación del fotoperiodo y las interacciones socio-sexuales entre machos y hembras constituye una alternativa sustentable para la manipulación de la actividad reproductiva de los pequeños rumiantes.