En la
ausencia de agentes farmacológicos, el
ejercicio físico fue ampliamente usado por
médicos a finales del siglo 19 para tratar numerosas
enfermedades. Durante el siglo 20, en la década de los 50`s, la evidencia epidemiológica ya suger¡a una
asociación entre la
actividad física y la
salud, y comenzaba un incremento en el interés en la
biología del
ejercicio con aplicación clínica. Ya en la década de los 90`s, suficiente
investigación fue acumulada indicando el
beneficio del
ejercicio, en Norteamérica ya asociaciones de
medicina, entes gubernamentales y la
Organización Mundial de la Salud publicaron guías sobre
ejercicio para poblaciones clínicas y público en general. No obstante de esto, los dirigentes de
educación médica han permanecido renuentes a incorporar la
biología del
ejercicio al pénsum médico curricular, o a implementarlo sistématicamente en la
educación médica de postgrado. Este manuscrito revisa la trayectoria de la
biología del
ejercicio en
Venezuela y
sus aplicaciones médicas. Científicos y clínicos venezolanos han hecho contribuciones en áreas tales como pruebas de evaluación cardiopulmonar, adaptaciones de
músculo esquelético al
enfrentamiento físico y en
farmacología cardiovascular en
ejercicio en
pacientes, sujetos sedentarios y
atletas. Se sugiere que hay la necesidad de desarrollar programas de
educación e
investigación en
biología del
ejercicio con el fín de incorporar estos
conocimientos en la formación del
estudiante de
medicina, médicos residentes y
profesionales aleados al
sistema de salud. Se propone una serie de pasos tentativos para iniciar este proceso.