RESUMO
Reptiles and amphibians are popular in the exotic pet trade, where Australian species are valued for their rarity and uniqueness. Despite a near-complete ban on the export of Australian wildlife, smuggling and subsequent international trade frequently occur in an unregulated and unmonitored manner. In 2022, Australia listed over 100 squamates in Appendix III of the Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora (CITES) to better monitor this trade. We investigated current trade and assessed the value of this Australian CITES listing using web-scraping methods to monitor the online pet trade in Australian reptiles and amphibians, with additional data from published papers, trade databases, and seizure records. Despite the export ban, we identified 170 endemic herpetofauna (reptile and amphibian) species in international trade, 33 of which were not recorded previously in the international market, including 6 newly recorded genera. Ninety-two traded species were included in CITES appendices (59 added in 2022), but at least 78 other traded species remained unregulated. Among these, 5 of the 10 traded threatened species were unlisted, and we recommend they be considered for inclusion in CITES Appendix III. We also recommend the listing of all Diplodactylidae genera in Appendix III. Despite this family representing the greatest number of Australian species in trade, only one genus (of 7 traded) was included in the recent CITES amendments. Overall, a large number of Australian reptile and amphibian species are traded internationally and, although we acknowledge the value of Australia's recent CITES listing, we recommend the consideration of other taxa for similar inclusion in CITES.
Escala del mercado internacional no regulado de reptiles y anfibios australianos Resumen Los reptiles y anfibios son populares en el comercio de mascotas exóticas, en el que las especies australianas son valoradas por su rareza y singularidad. A pesar de la prohibición casi total de la exportación de fauna silvestre australiana, el contrabando y el comercio internacional posterior se producen con frecuencia de forma no regulada y no supervisada. En 2022, Australia incluyó más de 100 escamosos en el apéndice III de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) para controlar mejor este comercio. Investigamos el comercio actual y evaluamos el valor de esta inclusión en CITES con métodos de raspado web para monitorear el comercio virtual de reptiles y anfibios australianos como mascotas, con datos adicionales de artículos publicados, bases de datos comerciales y registros de incautaciones. A pesar de la prohibición de las exportaciones, identificamos 170 especies endémicas de herpetofauna (reptiles y anfibios) en el comercio internacional, 33 de las cuales no se habían registrado previamente en el mercado internacional, incluidos 6 géneros registrados recientemente. Noventa y dos especies comercializadas se incluyeron en los apéndices de CITES (59 añadidas en 2022), pero al menos otras 78 especies comercializadas permanecieron sin regular. Entre ellas, cinco de las diez especies amenazadas comercializadas no estaban incluidas y recomendamos que se considere su inclusión en el apéndice III de CITES. También recomendamos la inclusión de todos los géneros de Diplodactylidae en el apéndice III. A pesar de que esta familia representa el mayor número de especies australianas en el comercio, sólo un género (de 7 comercializados) fue incluido en las recientes enmiendas de CITES. En general, un gran número de especies de reptiles y anfibios australianos son objeto de comercio internacional y, aunque reconocemos el valor de la reciente inclusión de Australia en CITES, recomendamos que se consideren otros taxones para su similar inclusión.
Assuntos
Anfíbios , Comércio , Conservação dos Recursos Naturais , Espécies em Perigo de Extinção , Répteis , Animais , Répteis/fisiologia , Anfíbios/fisiologia , Austrália , Conservação dos Recursos Naturais/legislação & jurisprudência , Espécies em Perigo de Extinção/legislação & jurisprudência , Internacionalidade , Animais de EstimaçãoRESUMO
Despite broad scientific consensus that sustainable use of wildlife can enhance conservation efforts, ethical concerns have led some community groups to oppose use of wild animals. Voicing those concerns is legitimate, but underlying philosophical bias should not influence science-based analysis and interpretation. We argue that philosophical biases are common in the scientific literature on trade in wildlife. The critically important case of bias surrounding the use of reptile leathers for luxury fashion illustrates the problem. Based on analysis of official seizures of fashion products made from wildlife, a recent study inferred that criminal activity (as inferred by noncompliance with regulations) was common and increasing and, hence, that authorities needed to adopt more stringent restrictions on the trade. In fact, the conclusions of that study are artifacts of pseudoreplication (e.g., multiple counts of single violations) and biased sampling (e.g., focus on companies with high rates of error) and run directly opposite to actual patterns in the data. As a proportion of overall trade, rates of noncompliance are exceptionally low (<0.4%), are declining, and result primarily from paper-work errors rather than criminal intent (e.g., such errors are more frequent for goods shipped by government authorities than by the commercial fashion industry). The recommendation by the study authors to prohibit the international trade in wildlife-based fashion products is imperiling a sustainable trade that can benefit biodiversity and people's livelihoods by providing financial incentives for conservation of species and habitats. This example offers a warning of the dangers of basing research on the wildlife trade on ethical or philosophical positions rather than objective evaluations of evidence.
Los Peligros de la Ciencia Errada en la Literatura sobre el Comercio de Fauna Resumen A pesar del amplio consenso científico de que el uso sustentable de la fauna puede mejorar los esfuerzos de conservación, las preocupaciones éticas han llevado a algunos grupos comunitarios a oponerse al uso de fauna silvestre. Es legítimo otorgarles una voz a estas preocupaciones, pero el sesgo filosófico subyacente no debería influenciar el análisis basado en la ciencia y su interpretación. Discutimos que los sesgos filosóficos son comunes en la literatura científica sobre la fauna. El caso críticamente importante del sesgo alrededor del uso de pieles de reptiles para artículos lujosos de moda ilustra este problema. Con base en el análisis de incautaciones oficiales de productos de moda hechos de fauna, Sosnowski y Petrossian (2020) infirieron que la actividad criminal (deducida como el no cumplimiento de las regulaciones) era común y se encontraba en crecimiento y por lo tanto, que las autoridades necesitaban adoptar restricciones más estrictas para el mercado. De hecho, las conclusiones de Sosnowski y Petrossian (2020) son artefactos de pseudoreplicación (es decir, conteos múltiples de violaciones únicas) y un muestreo sesgado (es decir, enfocado en compañías con tasas altas de error) y van directamente en contra de los patrones actuales en los datos. Como una proporción del mercado en general, las tasas de no cumplimiento son excepcionalmente bajas (<0.4%), están declinando y son el resultado principal de los errores cometidos en el papeleo y no de la intención criminal (es decir, dichos errores son más frecuentes para los bienes enviados por las autoridades del gobierno que para los envíos realizados por la industria de la moda comercial). La recomendación hecha por Sosnowski y Petrossian (2020) de prohibir el mercado internacional de productos de moda hechos con productos animales está poniendo en peligro al mercado sustentable que puede beneficiar a la biodiversidad y al sustento de las personas al proporcionar incentivos financieros para la conservación de especies y hábitats. Este ejemplo ofrece una advertencia sobre los peligros de basar la investigación del mercado de fauna en posiciones éticas o filosóficas en lugar de evaluaciones objetivas de la evidencia.