RESUMO
Introducción. Las hernias gigantes con pérdida de domicilio son aquellas cuyo saco herniario alcanza el punto medio del muslo en bipedestación y su contenido excede el volumen de la cavidad abdominal. Estas hernias son un reto quirúrgico dada la difícil reducción de su contenido y del cierre primario de la fascia. Tienen mayor riesgo de complicaciones asociadas al síndrome compartimental abdominal, así como mayor tasa de recurrencia y morbilidad en los pacientes. Caso clínico. Paciente masculino de 81 años, reconsultante por hernia inguinoescrotal derecha gigante, de dos años de evolución, sintomática, con índice de Tanaka de 24 %. Se decidió aplicar el protocolo de neumoperitoneo secuencial (hasta 11.000 ml en total en cavidad) además de toxina botulínica en pared abdominal (dos sesiones). Resultados. Se logró la corrección exitosa de la hernia inguinoescrotal gigante, sin recaídas de su patología abdomino-inguinal. El paciente manifestó satisfacción con el tratamiento un año después del procedimiento. Conclusiones. El protocolo de neumoperitoneo secuencial es una alternativa en casos de hernias complejas, con alto riesgo de complicaciones, que requieren técnicas reconstructivas adicionales. La aplicación previa de toxina botulínica es un adyuvante considerable para aumentar la probabilidad de resultados favorables. Sin embargo, debe incentivarse la investigación en esta área para evaluar su efectividad.
Introduction. Giant hernias with loss of domain are those whose hernial sac reaches the midpoint of the thigh in standing position and whose content exceeds the volume of the abdominal cavity. These hernias are a surgical challenge given the difficult reduction of their contents and the primary fascial closure, with a higher risk of complications associated with abdominal compartment syndrome, as well as a higher rate of recurrence and morbidity in patients. Clinical case. A 81-year-old male patient with comorbidity, reconsulting due to a symptomatic giant right inguinoscrotal hernia of two years of evolution, with a Tanaka index of 24%, eligible for a sequential pneumoperitoneum protocol (up to a total of 11,000 cc in cavity) plus application of botulinum toxin (two sessions) in the abdominal wall. Results. Successful correction of the patient's giant inguinoscrotal hernia was achieved using this protocol, without recurrence of his abdomino-inguinal pathology and satisfaction with the procedure after one year. Conclusion. The sequential pneumoperitoneum protocol continues to be an important alternative in cases with a high risk of complications that require additional reconstructive techniques, while the previous application of botulinum toxin is a considerable adjuvant to further increase the rate of favorable results. However, research in the area should be encouraged to reaffirm its effectiveness.