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Eur J Psychotraumatol ; 12(1): 2002028, 2021.
Artigo em Inglês | MEDLINE | ID: mdl-34912502

RESUMO

Background: The diagnosis of complex posttraumatic stress disorder (CPTSD) was included in the 11th revised edition of the International Classification of Diseases (ICD-11). CPTSD shares trauma-specific symptoms with its sibling disorder PTSD but is additionally characterized by disturbances of the individual's self-organization (DSO). The clinical utility of the CPTSD diagnosis has yet to be thoroughly investigated. Objective: The current study aimed to examine the clinical utility of the CPTSD diagnosis, considering the upcoming implementation of ICD-11 in clinical practice. Method: International field studies, construct- and validity analyses leading up to the inclusion in ICD-11 are reviewed, and the diagnostic measures; International Trauma Questionnaire (ITQ) and International Trauma Interview (ITI) are presented. Also, the relationship between CPTSD and borderline personality disorder (BPD) is elaborated in an independent analysis, to clarify their differences in clinical relevance to treatment. Treatment implications for CPTSD are discussed with reference to existing guidelines and clinical needs. Results: The validation of ITQ and ITI contributes to the cementation of CPTSD in further clinical practice, providing qualified assessment of the construct, with intended informative value for both clinical communication and facilitation of treatment. CPTSD is found distinguishable from both PTSD and BPD in empirical studies, while the possibility of comorbid BPD/PTSD cases being better described as CPTSD is acknowledged. Practitioners need to employ well-established methods developed for PTSD, while considering additional DSO-symptoms in treatment of CPTSD. Conclusions: The inclusion of CPTSD in ICD-11 may potentially facilitate access to more tailored treatment interventions, as well as contribute to increased research focus on disorders specifically associated with stress. The clinical utility value of this additional diagnosis is expected to reveal itself further after ICD-11 is implemented in clinical practice in 2022 and onwards. Yet, CPTSD's diagnostic inclusion gives future optimism to assessing and treating complex posttraumatic stress symptoms.


Antecedentes: El diagnóstico del trastorno de estrés postraumático (TEPT-C) fue incluido en la 11va. edición revisada de la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-11). El TEPT-C comparte síntomas específicos del trauma con su trastorno primo el TEPT, pero es adicionalmente caracterizado por trastornos en la autoorganización del individuo (DSO en su sigla en inglés). La utilidad clínica del diagnóstico del TEPT-C no ha sido investigado comprehensivamente todavía.Objetivo: El presente estudio busca examinar la utilidad clínica del diagnóstico del TEPT-C, considerando la pronta implementación del CIE-11 en la práctica clínica.Método: Se revisaron los estudios de campo internacionales y los análisis de validez y constructo que llevaron a la inclusión del CIE-11, y se presentan las medidas diagnósticas, Cuestionario Internacional del Trauma (ITQ en su sigla en inglés) y la Entrevista Internacional del Trauma (ITI en su sigla en inglés). También, la relación entre TEPT-C y el trastorno de personalidad limítrofe (BPD en su sigla en inglés) se elaboró en un análisis independiente, para clarificar las diferencias de la relevancia clínica para el tratamiento. Las implicaciones del tratamiento del TEPT-C se discuten con referencia a las guías existentes y las necesidades clínicas.Resultados: La validación del ITQ y ITI contribuye a la consolidación del TEPT-C en la subsecuente práctica clínica, proporcionando una evaluación calificada del constructo, con el valour informativo intencionado para tanto la comunicación clínica como para la facilitación del tratamiento. Se encontró que el TEPT-C se distingue de tanto el TEPT como del BPD en los estudios empíricos, mientras que se reconoce la posibilidad de que la comorbilidad en los casos de BPD/TEPT sean mejor explicados como TEPT-C. Los profesionales necesitan emplear métodos bien establecidos desarrollados para el TEPT, mientras consideran los síntomas adicionales de DSO en el tratamiento del TEPT-C.Conclusiones: La inclusión del TEPT-C en el CIE-11 podría facilitar potencialmente el acceso a más intervenciones de tratamiento adaptado, así como también contribuir a aumentar el foco de investigación en los trastornos especialmente asociados con el estrés. Se espera que el valour de la utilidad clínica de este diagnóstico adicional sea revelado por sí mismo luego de que el CIE-11 sea implementado en la práctica clínica desde el 2022 en adelante. Aun así, la inclusión diagnóstica del TEPT-C proporciona un futuro optimista para evaluar y tratar los síntomas de estrés postraumático complejo.


Assuntos
Transtorno da Personalidade Borderline/diagnóstico , Classificação Internacional de Doenças/normas , Transtornos de Estresse Pós-Traumáticos/diagnóstico , Humanos
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