RESUMEN
Aunque los factores aterogénicos más importantes han sido extensamente estudiados, hay otros más cuya verdadera importancia causal no ha sido bien definida. Existen evidencias patológicas e inmunológicas acerca del papel de diversos agentes infecciosos en la génesis o el desarrollo de la aterosclerosis. Recientemente se ha ligado a la Chlamydia pneumoniae con la aterogénesis al encontrarse evidencia inmunológica de la presencia de este germen en lesiones ateromatosas humana. Se estudiaron 16 especímenes de aortas, obtenidos en autopsias de individuos muertos por cardiopatía isquémica. Se determinó la infección de Ch. pneumoniae, mediante una técnica de inmunofluorescencia con anticuerpo monoclonal murino específico. La reacción positiva se encontró en placas fibrolípidas avanzadas, no ulceradas, de dos pacientes (13 por ciento), incidencia comparable a la informada en la literatura mundial. No se conoce cuál es la verdadera relación entre la infección y la aterogénesis y si la primera comienza o agrava el proceso ateroscleroso o es un fenómeno independiente del proceso arterial.