RESUMO
Introducción: el tratamiento con metadona constituye el estándar de manejo de adictos a heroína. Durante la rehabilitación los pacientes mejoran su estado de salud y parecen volverse inmunocompetentes; hecho atribuido al abandono de prácticas de riesgo, mejor nutrición y suspensión de la heroína, cuyo efecto inmunodepresor es conocido. Pero como la metadona es también antagonista del glutamato, podría teneractividad inmunoestimulante adicional.Objetivo: comparar niveles séricos de las citoquinas FNT-α, IFN-γ e IL-10, entre adictos a heroína en consumo activo (CA=32), adictos tratados con metadona (Met=20) y controles sanos sin historia de adicción (Cont=20).Materiales y métodos: participaron 72 individuos de ambos sexos, mayores de edad, con pruebas serológicas para VIH/SIDA, hepatitis B y C negativas, que no utilizaran fármacos con efectos sobre el sistema inmune. Resultados: no hubo diferencias entre los grupos respecto a género (91,7% hombres), edad (25,2 ± 8 años) y tiempo de abuso de heroína (5,3 ± 2,9 años). Todos los adictosreportaron consumo de otras drogas ilícitas: 96% marihuana, 79 por ciento cocaína/basuco y 52 por ciento otros psicoactivos. Ningún individuo del grupo Met seguía consumiendo cocaína/basuco, pero la mayoría continuaba el consumo de marihuana. Se encontrarondiferencias significativas en los niveles de FNT-α (p=0,0004), IFN-γ (p=0,014) e IL- 10 (p=0,0001) entre los tres grupos estudiados; esta diferencia se conserva para las tres citoquinas cuando se comparan adictos con no adictos.Conclusión: se encontró un patrón de producción de citoquinas séricas diferencial entre adictos y no adictos, pero no fue posible determinar un patrón de respuesta inmune inducido por metadona.
Assuntos
Humanos , Dependência de Heroína , Metadona , Transtornos Relacionados ao Uso de OpioidesRESUMO
La hipertensión representa alta carga de salud por su prevalencia, por su bajo nivel de diagnóstico y control y por ser factor de riesgo primario de otras enfermedades cardiovasculares.Según el JNC 7 report son hipertensas las personas con cifras de 140/90 mm Hg o mayores y deben tratarse con esquemas que disminuyan las cifras por debajo de 120/80 mm Hg y tengan n cuenta la morbilidad asociada y la presencia de otros factores de riesgo. En este estudio se evaluó la efectividad, la tolerabilidad y la adherencia al tratamiento en una muestra aleatoria de 458 hipertensos en tratamiento por no menos de un año en seis ciudades colombianas. Un grupo de enfermeras entrenadas contactó a los pacientes cuando asistían a su control de rutina de presión arterial y, tras obtener su consentimiento, procedieron a la medición de la presión arterial y de otros datos antropométricos, y a consignar en el formulario los datos relacionados con morbilidad asociada, factores de riesgo, medicación antihipertensiva prescrita y usada, y otros medicamentos empleados. Algunos de estos datos se recabaron de las historias clínicas. La edad promedio de los pacientes fue de 57,6±13 años, con 67,5 por ciento de mujeres; 92 por ciento tenía adherencia total al tratamiento y 59 por ciento no reportó eventos adversos asociados con la medicación. El 44 por ciento era tratado con monoterapia antihipertensiva y los agentes más empleados fueron, en su orden: hidroclorotiazida, verapamilo, enalapril, captopril, metoprolol y propranolol. El 45,2 por ciento (n=207) de los pacientes del estudio está controlado, 35,1 por ciento tiene hipertensión estado 1 y 19,7 por ciento, estado 2. Mediante el análisis multivariable se encontró que la hipertensión no controlada se asocia significativamente con el adulto mayor, con quienes reciben combinaciones de antihipertensivos y con pacientes que residen en Ibagué, Barranquilla o Manizales donde se emplean las menores dosis diarias definidas totales de agentes antihipertensivos. Se recomienda al equipo de salud ajustar los esquemas posológicos con base en objetivos terapéuticos bien definidos