RESUMO
The outbreak of COVID-19 disease has recently spread from its original place in Wuhan, Hubei province, China, to the entire world, and has been declared to be a pandemic by the World Health Organization in March 2020. All countries in America, in particular Chile, show an important increase in COVID-19 cases and deaths. The clinical manifestations of COVID-19 are a broad spectrum, from asymptomatic mild disease, to severe respiratory failure, shock, multiorgan dysfunction and death. Thus, high clinical suspicion and appropriate structure risk stratification are needed. Health care teams in endoscopy units, are at an increased risk of infection by COVID-19 from inhalation of droplets, mucosae contact, probably contamination due to contact with stools. Endoscopic aerosolized associated infections have also been reported. Different societies' recommendations, have recently placed digestive endoscopy (especially upper) among the high risk aerosol generating procedures (AGPs). In addition, live virus has been found in patient stools. On top of this, the infected health professionals may transmit the infection to their patients. Health care infection prevention and control (HCIPC), has been shown to be effective in assuring the safety of both health care personnel and patients. This is not limited to the correct use of personal protective equipment (PPE), but is based on a clear, detailed and well communicated HCIPC strategy, risk stratification, use of PPE, and careful interventions in patients with moderate and high risk of COVID-19. A conscientious approach regarding limited resources is important, as the simultaneous outbreak in all countries heavily affects the availability of health supplies. The Chilean Gastroenterology Society (SChGE) and Digestive Endoscopy Association of Chile (ACHED) are joining to provide continued updated guidance in order to assure the highest level of protection against COVID-19, for both patients and health care workers. This guideline will be updated online as needed.
El brote de la enfermedad denominada COVID-19, se ha extendido desde su origen en Wuhan, provincia de Hubei, China, a todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud lo declaró pandemia en marzo de 2020. Todos los países de América, en especial Chile, presentan incremento de casos y fallecidos. Las manifestaciones clínicas de COVID-19 van desde una enfermedad leve, hasta insuficiencia respiratoria severa, shock, disfunción orgánica y muerte. Se necesita una alta sospecha clínica y una adecuada estratificación del riesgo. El equipo de salud en las unidades de endoscopia, tiene un mayor riesgo de COVID-19 que otras unidades clínicas y de apoyo diagnóstico, dada la mayor exposición a inhalación de gotas, contacto posible con mucosas y contaminación por contacto con deposiciones. Recomendaciones de diferentes sociedades colocan la endoscopia digestiva (especialmente la esofagogastroscopia o endoscopia digestiva alta, EDA) entre los procedimientos generadores de aerosoles (PGA) de alto riesgo. Además, se han encontrado virus viables en las deposiciones de los pacientes. Potencialmente, los profesionales de la salud infectados podrían contagiar a los pacientes. Se ha demostrado que la prevención y control de infecciones asociadas a la atención de salud (IAAS), son efectivos para garantizar la seguridad tanto del personal de salud, como de los pacientes. Esto no es solamente el correcto uso del equipo de protección personal (EPP), sino que se basa en una clara estrategia de IAAS, bien comunicada, con estratificación de riesgo, uso de EPP e intervenciones correctas en pacientes con riesgo moderado y alto. Es relevante un enfoque sobre los limitados recursos, dado la simultaneidad del brote en todos los países, que afecta la disponibilidad de insumos. La Sociedad Chilena de Gastroenterología (SChGE) y la Asociación Chilena de Endoscopia Digestiva (ACHED) publican esta guía actualizada para apoyar las buenas prácticas contra COVID-19, tanto para pacientes como para el equipo de salud. Esta guía podrá tener actualizaciones según avance la información disponible.
Assuntos
Humanos , Pneumonia Viral/prevenção & controle , Endoscopia do Sistema Digestório/normas , Infecções por Coronavirus/prevenção & controle , Betacoronavirus , Pneumonia Viral/epidemiologia , Fatores de Risco , Controle de Infecções/métodos , Guias de Prática Clínica como Assunto , Infecções por Coronavirus/epidemiologia , Pandemias , Unidades Hospitalares/normasRESUMO
Biological therapy plays an important role in the treatment of inflammatory bowel disease (IBD). However, the use of these drugs is limited due to fears about their side effects. Aim: To report the experience with the use of infliximab/adalimumab in IBD patients in a public hospital. Material and Methods: Descriptive study of a historical cohort of IBD patients treated with infliximab and adalimumab between April 2012 and July 2014. The clinical response was considered favourable when general, intestinal and extra intestinal symptoms subsided after the induction therapy. In addition, endoscopic and/or imaging response was evaluated at three and six months of treatment. Results: Fifteen out of 162 patients, aged 17 to 52 years (7 women) were included. Seven had Crohn´s Disease, 7 had ulcerative colitis and one had non-classifiable IBD. Biological therapy was indicated due to conventional refractory disease in all patients. All patients received combined treatment with immunosuppressive medications. A favorable clinical response was observed in 93 percent after induction therapy and 73 percent showed endoscopic/imagining remission after 3-6 months. Only one patient experienced side effects associated to the biological therapy, which did not result in discontinuation or treatment interruption. Conclusions: In this cohort of IBD patients treated in a public hospital, the use of infliximab/adalimumab was associated with favorable clinical and endoscopic evolution, post induction therapy with no major side effects.
La terapia biológica tiene un papel fundamental en el tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Sin embargo, el uso de estos fármacos es escaso debido a los costos y los temores sobre los efectos secundarios. Objetivo: Dar a conocer la experiencia en el uso de infliximab/adalimumab en pacientes con EII atendidos en un hospital público de nuestro país. Material y Métodos: Estudio descriptivo de una cohorte histórica de pacientes con EII tratados con infliximab y adalimumab entre abril de 2012 y julio de 2014. La respuesta clínica fue considerada favorable cuando los síntomas generales, intestinales y extra-intestinales desaparecieron después de la terapia de inducción. Además se evaluó la respuesta endoscópica/radiológica a los 3 y 6 meses de tratamiento. Resultados: De un total de 162 pacientes con EII, 15 fueron tratados con terapia biológica, con edad entre 17-52 años (7 mujeres). Siete presentaban el diagnóstico de enfermedad de Crohn, siete colitis ulcerosa y uno EII no clasificable. En todos se inició terapia biológica debido a la presencia de refractariedad a la terapia convencional. Todos recibieron terapia combinada con inmunosupresores. Se observó una respuesta clínica favorable en 93 por ciento después de la terapia de inducción y 73 por ciento tuvo una mejoría endoscópica después de 3-6 meses. Sólo un paciente presentó un evento adverso a terapia biológica, el cual no motivó la interrupción del tratamiento. Conclusiones: En esta cohorte de pacientes con EII tratados en un hospital público, el uso de infliximab/adalimumab se asoció con mejoría clínica y endoscópica post terapia de inducción, sin mayores efectos secundarios.