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Abstract Background: ST-elevation myocardial infarction (STEMI) systems of care have reduced inter-hospital transfer times and facilitated timely reperfusion goals. Helicopters may be an option when land transportation is not feasible; however, the safety of air transport in patients with acute coronary syndrome (ACS) is a factor to consider. Objetives: The aim of this study was to evaluate the safety of helicopter transport for patients with ACS. Methods: Prospective, observational, and descriptive study including patients diagnosed with ACS within the STEMI network of a metropolitan city transferred by helicopter to a large cardiovascular center to undergo percutaneous coronary intervention. The primary outcome of the study was the incidence of air-travel-related complications defined as IV dislodgement, hypoxia, arrhythmia, angina, anxiety, bleeding, and hypothermia. Secondary outcomes included the individual components of the primary outcome. Results: A total of 106 patients were included in the study; the mean age was 54 years and 84.9% were male. The most frequent diagnosis was STEMI after successful fibrinolysis (51.8%), followed by STEMI with failed fibrinolysis (23.7%) and non-reperfused STEMI (9.4%). Five patients (4.7%) developed at least one complication: IV dislodgement (1.8%) and hypoxemia (1.8%) in two patients and an episode of angina during flight (0.9%). A flight altitude of > 10,000 ft was not associated with complications. Conclusions: The results of this study suggest that helicopter transportation is safe in patients undergoing acute coronary syndrome, despite the altitude of a metropolitan area.
Resumen Antecedentes: Los sistemas de atención de IAMCEST han reducido los tiempos de transferencia interhospitalaria y han facilitado las metas de reperfusión oportuna. Los helicópteros pueden ser una opción cuando el transporte terrestre no es factible; sin embargo, la seguridad del transporte aéreo en pacientes con síndrome coronario agudo (SICA) es un factor a considerar. Objetivos: Evaluar la seguridad del transporte en helicóptero para pacientes con SICA. Métodos: Estudio prospectivo, observacional, descriptivo. Se incluyeron pacientes con diagnóstico de SICA dentro de la red IAMCEST en metrópolis extensa, trasladados en helicóptero a un centro cardiovascular. El resultado primario del estudio fue la incidencia de complicaciones relacionadas con los viajes aéreos definidas cómo desalojo de catéter intravenoso, hipoxia, arritmia, angina, ansiedad, sangrado e hipotermia. Resultados: Total de 106 pacientes; la edad media fue de 54 años y 84,9% eran hombres. La altitud media de vuelo fue de 10,100 pies y la distancia media de vuelo fue de 50,0 km. El diagnóstico más frecuente fue IAMCEST tras fibrinolisis exitosa (51,8%), seguido de IAMCEST con fibrinolisis fallida (23,7%). Cinco pacientes (4,7%) desarrollaron una complicación: desalojo IV (1,8%) e hipoxemia (1,8%) en dos pacientes y un episodio de angina durante el vuelo (0,9%). Una altitud de vuelo mayor de 10,000 pies no se asoció a complicaciones. Conclusiones: Los resultados de este estudio sugieren que el transporte en helicóptero es seguro en pacientes con SICA, incluso en altitudes > 10,000 pies.
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Resumen Antecedentes: El pronóstico de los pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST (IAMCEST) y antecedente de intervención coronaria percutánea (ICP) es incierto. Objetivos: Evaluar si la ICP previa en pacientes con IAMCEST incrementa el riesgo de eventos cardiovasculares mayores y si el flujo final epicárdico varía según la estrategia de reperfusión. Material y métodos: Subestudio de PHASE-MX, observacional, longitudinal y comparativo, de pacientes con IAMCEST reperfundidos en menos de 12 horas de iniciados los síntomas, divididos conforme el antecedente de ICP. El acaecimiento del criterio de valoración principal (muerte cardiovascular, reinfarto, insuficiencia cardíaca y choque cardiogénico) dentro de los 30 días se comparó con estimaciones de Kaplan-Meier, prueba de rangos logarítmicos y modelo de riesgos proporcionales de Cox. El flujo epicárdico final se evaluó con el sistema de clasificación del flujo TIMI después de la reperfusión. Resultados: Se incluyeron 935 pacientes, 85.6 % del sexo masculino, 6.9 % de los cuales tenía antecedente de ICP; 53 % recibió terapia farmacoinvasiva y 47 %, ICP primaria. La incidencia del criterio de valoración principal en pacientes con ICP previa fue de 9.8 % versus 13.3 % en aquellos sin ese antecedente (p = 0.06); 87.1 % de los pacientes con ICP previa obtuvo flujo final de grado TIMI 3 versus 75 % del grupo con estrategia farmacoinvasiva (p = 0.235). Conclusiones: El antecedente de ICP no incrementa el riesgo de eventos cardiovasculares mayores a los 30 días en pacientes con IAMCEST; sin embargo, impacta negativamente en el flujo sanguíneo angiográfico final de los pacientes que recibieron terapia farmacoinvasiva (en comparación con ICP primaria).
Abstract Background: The prognosis of patients with ST-segment elevation myocardial infarction (STEMI) and previous percutaneous coronary intervention (PCI) is uncertain. Objectives: To evaluate if previous PCI in patients with STEMI increases the risk of major cardiovascular events, and if final epicardial blood flow differs according to the reperfusion strategy. Material and methods: Observational, longitudinal, comparative sub-study of the PHASE-MX trial that included patients with STEMI and reperfusion within 12 hours of symptom onset, who were divided according to their history of PCI. The occurrence of the composite primary endpoint (cardiovascular death, re-infarction, congestive heart failure and cardiogenic shock) within 30 days was evaluated using Kaplan-Meier estimates, log-rank test and Cox proportional hazards model. Final epicardial blood flow was assessed using the TIMI grading system after reperfusion. Results: A total of 935 patients were included; 85.6% were males, and 6.9% had a history of PCI; 53% underwent pharmacoinvasive therapy, and 47%, primary PCI. The incidence of the composite primary endpoint at 30 days in patients with a history of PCI was 9.8% vs. 13.3% in those with no previous PCI (p = 0.06). Among the patients with previous PCI, 87.1% reached a final TIMI grade 3 flow after primary PCI vs. 75% in the group with pharmacoinvasive strategy (p = 0.235). Conclusions: A history of PCI does not increase the risk of major cardiovascular events at 30 days; however, it impacted negatively on the final angiographic blood flow of patients that received pharmacoinvasive therapy (compared to primary PCI).
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Abstract Objective: The objective of the study was to analyze the differences between survivors and non-survivors with non-reperfused ST-segment elevation myocardial infarction (STEMI) and to identify the predictors of in-hospital mortality. Methods: A retrospective cohort study included non-reperfused STEMI patients from October 2005 to August 2020. Patients were classified into survivors and non-survivors. We compared patient characteristics, treatments, and outcomes among the groups and identified factors associated with in-hospital mortality. Results: We included 2442 patients with non-reperfused STEMI and we found a mortality of 12.7% versus 7.2% in reperfused STEMI. The main reason for non-reperfusion was delayed presentation (96.1%). Non-survivors were older, more often women, and had diabetes, hypertension, or atrial fibrillation. The left main coronary disease was more frequent in non-survivors as well as three-vessel disease. Non-survivors developed more in-hospital heart failure, reinfarction, atrioventricular block, bleeding, stroke, and death. The main predictors for in-hospital mortality were renal dysfunction (HR 3.41), systolic blood pressure < 100 mmHg (HR 2.26), and left ventricle ejection fraction < 40% (HR 1.97). Conclusion: Mortality and adverse outcomes occur more frequently in non-reperfused STEMI. Non-survivors tend to be older, with more comorbidities, and have more adverse in-hospital outcomes.
Resumen Objetivo: Analizar las diferencias entre los sobrevivientes y no sobrevivientes con infarto agudo de miocardio no reperfundido y conocer los predictores de mortalidad intrahospitalaria. Métodos: Estudio de cohorte retrospectiva que incluyó pacientes con infarto agudo de miocardio no reperfundido de octubre de 2005 a agosto de 2020. Se clasificaron los pacientes de acuerdo a su estado de sobrevida y se compararon las características clínicas, tratamientos y desenlaces para poder identificar los predictores de mortalidad intrahospitalaria. Resultados: Se incluyeron 2442 pacientes con infarto agudo de miocardio no reperfundido, en los que se encontró una mortalidad de 12.7% vs 7.2% los que si recibieron tratamiento de reperfusión. La principal razón para no recibir tratamiento de reperfusión fue el retraso en la atención médica (96.1%). Los no sobrevivientes tuvieron mayor edad, fueron mujeres y tuvieron mayor frecuencia de diabetes, hipertensión y fibrilación atrial. El tronco de la coronaria izquierda y la enfermedad trivascular fueron más frecuentes en los que no sobrevivieron. Los pacientes que no sobrevivieron desarrollaron más insuficiencia cardiaca, reinfarto, bloqueo atrioventricular, sangrados, evento vascular cerebral y muerte. Los principales predictores de mortalidad intrahospitalaria fueron: insuficiencia renal (HR 3.41), tensión arterial sistólica al ingreso < 100 mmHg (HR 2.26) y fracción de eyección del ventrículo izquierdo < 40% (HR 1.97). Conclusiones: Los pacientes con infarto de miocardio no reperfundido tienen mayor mortalidad y desenlaces adversos. Los no sobrevivientes fueron mayores, con más comorbilidades y desarrollaron más desenlaces adversos intrahospitalarios.