¿Las mujeres y los niños primero? / Women and kids first?

RESUMEN

El fin del Sistema Nacional de Salud (SNS), no consiste en distribuir a todo el mundo una dosis idéntica de servicio sanitario, sino en establecer un equilibrio entre los que están enfermos y los que están sanos en el curso de su vida, concentrando su intervención en aquellos que están peor. En un sistema sanitario avanzado son muy pocas las intervenciones sanitarias que pueden ser valoradas en "vidas salvadas", la mayor parte de las veces, éstas logran retrasar el final y, en ocasiones, se limitan a mejorar la calidad de los años de vida, sin alargarla. Se manifiesta, por tanto, la necesidad de encontrar unidades de medida adecuadas para valorar los beneficios y la utilidad de todos los procedimientos sanitarios. Al realizar un estudio coste/utilidad, y al valorarlos resultados obtenidos, hay que diferenciar entre la calidad de vida (personal), la utilidad (personal) y la utilidad del procedimiento o proceso al aplicarlo a nuestros enfermos. Esa utilidad se determina en calidad y cantidad de vida ganados, y se mide utilizando una única unidad: AVAC o QALY, pero en los pacientes que por su edad avanzada o enfermedad degenerativa tienen una calidad y/o esperanza de vida acortada el análisis coste/eficacia se verá condicionado, induciendo la distribución de los recursos a favor de los jóvenes. Para equilibrar esta situación, se propone el empleo de medidas correctoras como el EQALY. Consideramos que la edad ni la enfermedad son, por sí mismas, limitaciones para la aplicación de un recurso siempre que demostremos que éste resulta útil para el paciente (AU)

ABSTRACT

The goal of the National Health System (SNS in its Spanish acronym) does not consist in distributing to everyone an identical dose of health services but in establishing a balance between those who are ill and those who are healthy in the course of their lives, and concentrating its interventions on those who are worse. In an advanced health care system, there are very few actions by health personnel that can be assessed as “lives saved”: more often than not, these actions manage to delay the end and are occasionally limited to improving the quality of the years patients live, without extending their number. It is therefore clearly necessary to find appropriate units of measurement to assess the benefits and utility of all health-related procedures. When effecting a cost-effectiveness study and assessing the results obtained, it is necessary to differentiate between quality of life (personal), utility (personal) and the utility of the procedure or process when applied to our patients. This utility is determined by means of the additional quality and quantity of life, measured in a single unit, QALY, but this cost-effectiveness analysis would be constrained in patients with a shortened life expectancy and/or reduced quality of life due to old age or degenerative disease, thus skewing the distribution of resources in favour of younger population groups. In order to redress this situation, the use of corrective measurements such as EQALY is proposed. We believe that neither age nor illness in themselves limit the application of resources, providing that we can prove a useful result for the patient (AU)