RESUMEN
Las fracturas con hundimiento de cráneo sin una explicación clara sobre su origen orientan al traumatismo con un objeto romo y a la sospecha de maltrato infantil. En el caso de los bebés recién nacidos, su corta edad es un factor de vulnerabilidad y obliga a una exhaustiva evaluación. Ante la sospecha de maltrato infantil, resulta importante evaluar los diagnósticos diferenciales para realizar la intervención más adecuada posible. Es necesario evitar tanto intervenciones excesivas como omitir la intervención que sea necesaria. Las fracturas craneales deprimidas congénitas, descritas como "fracturas pingpong", son raras (0,3 a 2/10 000 partos). Pueden aparecer sin antecedentes traumáticos o en partos instrumentalizados. Se describe en este artículo el caso de un recién nacido con una fractura ping-pong como ejemplo de una fractura no intencional.
Depressed skull fractures without a clear explanation as to their origin point to trauma with a blunt object and suspected child abuse. In the case of newborn infants, their young age is a vulnerability factor and requires an exhaustive assessment. When child abuse is suspected, an assessment of the differential diagnoses is required to make the most appropriate intervention possible. Both an excessive intervention and an omission of a necessary intervention should be avoided. Congenital depressed skull fractures, described as "ping-pong fractures", are rare (0.3 to 2/10 000 births). They may appear without any trauma history or in instrumentalized childbirth. Here we describe the case of a newborn infant with a ping-pong fracture as an example of an accidental fracture.
Asunto(s)
Humanos , Femenino , Embarazo , Recién Nacido , Maltrato a los Niños/diagnóstico , Fractura Craneal Deprimida/congénito , Fractura Craneal Deprimida/diagnóstico , Parto Obstétrico , Diagnóstico Diferencial , Abuso FísicoRESUMEN
Depressed skull fractures without a clear explanation as to their origin point to trauma with a blunt object and suspected child abuse. In the case of newborn infants, their young age is a vulnerability factor and requires an exhaustive assessment. When child abuse is suspected, an assessment of the differential diagnoses is required to make the most appropriate intervention possible. Both an excessive intervention and an omission of a necessary intervention should be avoided. Congenital depressed skull fractures, described as "ping-pong fractures", are rare (0.3 to 2/10 000 births). They may appear without any trauma history or in instrumentalized childbirth. Here we describe the case of a newborn infant with a ping-pong fracture as an example of an accidental fracture.
Las fracturas con hundimiento de cráneo sin una explicación clara sobre su origen orientan al traumatismo con un objeto romo y a la sospecha de maltrato infantil. En el caso de los bebés recién nacidos, su corta edad es un factor de vulnerabilidad y obliga a una exhaustiva evaluación. Ante la sospecha de maltrato infantil, resulta importante evaluar los diagnósticos diferenciales para realizar la intervención más adecuada posible. Es necesario evitar tanto intervenciones excesivas como omitir la intervención que sea necesaria. Las fracturas craneales deprimidas congénitas, descritas como "fracturas pingpong", son raras (0,3 a 2/10 000 partos). Pueden aparecer sin antecedentes traumáticos o en partos instrumentalizados. Se describe en este artículo el caso de un recién nacido con una fractura ping-pong como ejemplo de una fractura no intencional.