RESUMEN
Introducción: Con los cambios demográficos, más adultos mayores cumplen con los criterios para la terapia anticoagulante; sin embargo, este grupo etario en particular tiene potencialmente más factores de riesgo para sufrir hemorragias causadas por la terapia anticoagulante. El objetivo de este estudio fue determinar la calidad de control del tratamiento de anticoagulación y su relación con la edad. Métodos: Se analizaron todos los pacientes atendidos en el Policlínico de Anticoagulación, Hospital de Carabineros de Chile, antes y después de un programa de educación al paciente e implementación de una guía clínica. Resultados: 188 pacientes, 102 mujeres (edad promedio 71,2 años) y 86 hombres (edad promedio 71,1 años) participaron en el estudio. Todos los pacientes cumplieron con las pautas de la guía. Antes de la implementación, los pacientes > 80 años tuvieron más exámenes con un INR > 5,0; después no hubo diferencias. El análisis post- guía demostró no haber diferencia significativas entre los pacientes según la edad. Conclusiones: Con la implementación de una guía clínica y educación del paciente, la edad "per se" no es una contraindicación para el tratamiento anticoagulante en pacientes que cumplen con los criterios establecidos.
Background: With the world's population changes, people that are more elderly fulfil the criteria for oral anticoagulation; however, these patients have the highest risk for hemorrhagic side effects. Aim: to determine the effect of patient age on the quality of oral anticoagulation control. Patients and Methods: All patients attending the Outpatient Anticoagulation Clinic, Hospital de Carabineros de Chile, were included in the study. Baseline parameters were measured before and after the introduction of a clinical protocol including patient education. Results: 188 patients, 102 women, mean age 71.2 years and 86 men mean age 71.1 years participated. All patients fulfilled the protocol's criteria. Before the implementation of the program, patients older than 80 years were more likely to have occasional INRs >5.0 compared to younger patients. After program implementation, all age groups significantly improved their control parameters; no differences in time outside the therapeutic range between age groups were observed. Conclusion: Age "per se" is not a contraindication for oral anticoagulation. With an educational program and a dedicated outpatient clinic, the number of elderly patients achieving therapeutic targets of anticoagulation is the same as that in younger age groups. Thus, older patients who potentially have more to gain from stroke prevention should be considered for anticoagulation when fulfilling protocol criteria.