ABSTRACT
Los colirios contaminados representan una causa potencial de infección ocular prevenible. Como toda medicación terapéutica tópica, los colirios deben estar libres de agentes contaminantes. La frecuencia de contaminación varía entre 0,07% y 35,6% en los estudios publicados; no existiendo estudios publicados sobre este tema en nuestro país. Este estudio tiene como objetivo determinar la frecuencia de contaminación de las gotas oftálmicas utilizadas por pacientes que consultan en la Fundación Visión en Asunción, Paraguay. A todos los pacientes que acudieron a la consulta externa en el Servicio de Oftalmología de la Fundación Visión, de agosto de 2007 a julio de 2008 se les solicitó que entregaran sus envases de gotas oftálmicas que estuvieron utilizando por dos o más semanas, además se registraron sus datos demográficos y relacionados al uso del colirio. Los envases fueron enviados al Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (IICS), de manera que la medicación restante en el interior de los mismos fuera cultivada en los medios microbiológicos convencionales. De los 73 envases recolectados, 8 (11%) presentaron cultivos positivos, siendo los gérmenes aislados Estafilococo coagulasa negativo, Propionibacterium acnes, Serratia marcescens, Corynebacterium sp y Alcaligenes faecalis, además del hongo oportunista Aspergillus fumigatus. La contaminación de los colirios utilizados por estos pacientes es relevante. Estos resultados coinciden con reportes de otros países y señala la importancia de dar orientaciones a los pacientes en cuanto al modo de utilización, almacenamiento y tiempo de recambio de los colirios por parte de los oftalmólogos.
Subject(s)
Drug Contamination , Ophthalmic SolutionsABSTRACT
PURPOSE: The study was designed to prospectively evaluate the bacterial contamination of needles used for intravitreal injection during surgery. MATERIAL AND METHODS: Between December 2007 and December 2010, 549 eyes of 413 patients were treated with intravitreal injections of 1.25 mg bevacizumab. Of the patients 322 received a single injection and 91 multiple injections. Preoperatively the periorbital skin of all patients was treated with 10% povidone iodine (PVI) and the conjunctival sac was irrigated with 1% PVI. No pre-injection antibiotics were administered. Immediately after the injection the needles were rinsed 3 times in thioglycolate broth which was then cultured at 37°C for 5 days. As a negative control 73 sterile unused needles were treated in the same way. RESULTS: Out of the 549 needle points tested 8 (1,45%) were found to be contaminated after intravitreal injections. The isolated bacteria were coagulase negative Staphylococcus (n = 7), Propionibacterium acnes (n = 1) and Klebsiella pneumoniae (n = 1) (co-contamination in one case). CONCLUSION: Contamination of needles is minimal after prophylactic povidone iodine irrigation before intravitreal injections. Therefore, this prophylaxis technique is recommended before intravitreal injections in order to prevent postoperative infections.