ABSTRACT
Introducción. El manejo de la patología vascular cerebral a través de vías clínicas permite rentabilizar los recursos, potenciar la calidad asistencial y obtener una mayor satisfacción del paciente. Objetivo. Valorar la eficacia de la aplicación de una vía clínica diseñada para la atención de los accidentes isquémicos transitorios (AIT), mediante la monitorización de una serie de indicadores que permitieran detectar los problemas existentes, introducir las oportunas correcciones y extraer conclusiones válidas para el futuro. Pacientes y métodos. A tal efecto, se confeccionó una vía clínica de forma consensuada entre los miembros de nuestro servicio y los diversos profesionales implicados en la atención a dichos pacientes. Se analizaron los datos de 1998 a 2001, previos a la implantación de la vía, y de los años 2002 y 2003, primeros del funcionamiento de ésta. Resultados. Un total de 1.433 pacientes ingresaron con el diagnóstico de AIT en este período, de los cuales, 554 lo hicieron en los años 2002 y 2003. De este grupo, en 123 casos se aplicó inicialmente la vía y la completaron 62. La estancia media se redujo de 9,2 días en 2000 a 5,7 días en 2003. La estancia media de los pacientes que cumplieron todos los requisitos de la vía fue de tan sólo 2,9 días. En cuanto a la encuesta de satisfacción, el 97% de los pacientes se mostraron satisfechos o muy satisfechos con la atención recibida. Conclusión. La aplicación de una vía clínica en el tratamiento de los AIT implicó un alto grado de satisfacción en los pacientes atendidos y un notable descenso de la estancia media
Introduction. Management of cerebral vascular pathologies by means of clinical pathways allows us to make cost effective use of resources, to enhance health care quality and to obtain a greater degree of satisfaction in patients. Aims. To assess the efficiency of applying a clinical pathway designed for the treatment of transient ischemic attacks (TIA) by monitoring a series of indicators that enable us to detect existing problems, to introduce any corrections that are needed and to draw conclusions that can be useful in the future. Patients and methods. To this end, a clinical pathway was drawn up with the general agreement of the members of our service and the different professionals involved in caring for these patients. Analyses were performed to study the data from 1998 to 2001, prior to implementation of the pathway, and from 2002 and 2003, which were the first years in which it was being applied. Altogether 1,433 patients with a diagnosis of TIA were hospitalised during this period, 554 of whom were admitted during the years 2002 and 2003. Results. Of this group, the pathway was initially applied in 123 cases and 62 completed it. The mean stay in hospital was reduced from 9.2 days in 2000 to 5.7 days in 2003. The mean stay of patients who fulfilled all the requirements of the pathway was only 2.9 days. As far as the survey on satisfaction is concerned, 97% of patients said they were satisfied or very satisfied with the care they had received. Conclusions. The application of a clinical pathway in the treatment of TIA resulted in a high degree of satisfaction among the patients who were treated and a notable reduction in the mean stay in hospital