RESUMEN
Introduction: The aim of this study was to evaluate the performance of clinical assessment in the diagnosis of bone fractures in patients with nasal trauma. Methods: Retrospective review of medical records of 220 patients with nasal trauma treated at the Maxillofacial Surgery Department of Hospital Workers in Santiago was performed. Eight clinical criteria were evaluated: epistaxis, ecchymosis, swelling, nasal injury, airway obstruction, nasal deviation, irregular nasal dorsum, and acute septal injury. The gold standard for diagnosis of nasal fracture was the radiological evaluation. The sensitivity, specificity, and positive/negative predictive value (PPV/NPV) were calculated for each separate clinical criteria (8), for all possible combinations of 2 clinical criteria (28) and 3 clinical criteria (56). Results: For any of the 8 criteria, the average sensitivity and negative predictive values for nasal fracture was very low (< 35 percent). However, the specificity and positive predictive values were relatively high (> 90 percent) and increased, respectively, when at least one criterion was present (92 percent and 94 percent respectively), when 2 clinical criteria were present (98 percent and 96 percent, respectively), and when at least 3 clinical criteria were present (100 percent for both). Conclusion: The presentation of the clinical criteria can be a valuable method for diagnosis of nasal fracture, however, when these clinical criteria are absent, the possibility of nasal fracture cannot be excluded, although the possibility is remote.
Introducción: El objetivo del presente trabajo fue conocer el rendimiento de la evaluación clínica en el diagnóstico de fractura de huesos propios en pacientes con trauma nasal. Material y Método: Revisión retrospectiva de fichas clínicas de 220 pacientes con trauma nasal atendidos en el Servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital del Trabajador de Santiago. Ocho criterios clínicos fueron evaluados: epistaxis, equimosis, inflamación, herida nasal, obstrucción de vía aérea, laterorrinia, dorso nasal irregular, y lesión aguda del tabique nasal. El estándar de oro para el diagnóstico de fractura nasal fue el estudio radiológico. La sensibilidad, especificidad, y positivo/valor predictivo negativo (VPP/VPN) se calcularon para cada criterio clínico por separado (8), para todas las combinaciones posibles de 2 criterios clínicos (28) y 3 criterios clínicos (56). Resultados: Para cualquiera de los 8 criterios, el promedio de sensibilidad y valor predictivo negativo para la fractura nasal fue muy baja (< 35 por ciento). Sin embargo, la especificidad y valores predictivos positivos fueron relativamente altas (> 90 por ciento) y aumentó, respectivamente, cuando al menos un criterio estuvo presente (92 por ciento y 94 por ciento, respectivamente), cuando 2 criterios clínicos estaban presentes (98 por ciento y 96 por ciento, respectivamente), y cuando al menos 3 criterios clínicos estaban presentes (100 por ciento para ambos). Conclusiones: La presentación de los criterios clínicos puede ser un método valioso para el diagnóstico de fractura nasal, sin embargo, cuando estos criterios clínicos están ausentes, la posibilidad de la fractura nasal no se puede descartar, aunque la posibilidad es remota.
Asunto(s)
Humanos , Masculino , Femenino , Adulto , Fracturas Óseas/diagnóstico , Hueso Nasal/lesiones , Nariz/lesiones , Fracturas Óseas/epidemiología , Fracturas Óseas/etiología , Valor Predictivo de las Pruebas , Estudios Retrospectivos , Medición de Riesgo , Sensibilidad y EspecificidadRESUMEN
Introduction: The aim of this paper is to show our experience in the management of intractable bleeding facial trauma during the past 10 years to determine its impact on our environment and outline the basic principles of treatment. Methods: A retrospective study of all patients with maxillofacial trauma and uncontrollable bleeding from 1999 to 2009. Inclusion criteria were oro-nasal bleeding secondary to maxi-llofacial trauma requiring emergency treatment by a specialist, without other associated lesions that could be a source of bleeding. We obtained demographic information, mechanism of injury, diagnosis of injury, hemodynamic status, type and timing of tamponade, definitive surgical treatment, results and evolution. Results: 21 patients in the study period, a true incidence of 0.002 percent. 7 patients (33.3 percent) with trauma naso-septal; 5 (23.8 percent) with panfacial fractures, and 7 (33.3 percent) with variable involvement of the upper and middle face. Nine patients (42.9 percent) had isolated facial injuries. Only 5 patients (23.8 percent) had hemodynamic compromise. Thirteen patients (61.9 percent) required posterior nasal packing with or without another procedure to control bleeding. Eight patients (38.1 percent) required early reduction and internal fixation as definitive treatment. Conclusions: Maxillofacial trauma uncontrollable bleeding is uncommon and rarely is the primary cause of hypovolemic shock. It should be suspected in patients with facial injuries from hours bleeding. The packing, suturing of wounds and reduce/OTS are the mainstays of early treatment.
Introducción: El objetivo del presente trabajo es mostrar nuestra experiencia en el manejo de la hemorragia incoercible por trauma facial durante los últimos 10 años, para determinar su incidencia y delinear los principios básicos del tratamiento. Material y Método: Estudio retrospectivo de todos los pacientes con hemorragia incoercible por trauma maxilofacial entre 1999 y 2009. Criterios de inclusión fueron hemorragia oro-nasal secundaria a traumatismo maxilofacial, sin otras lesiones asociadas que pudieran ser fuente de hemorragia, que requirió de tratamiento de urgencia por un especialista. Se obtuvo información demográfica, mecanismo de injuria, diagnóstico del traumatismo, estado hemodinámico, tipo y momento del tratamiento especializado, tratamiento quirúrgico definitivo, resultados y evolución. Resultados: 21 pacientes en el período de estudio, con incidencia real de 0,002 por ciento. Destacan 7 pacientes (33,3 por ciento) con trauma nasoseptal, con o sin heridas faciales; 5 (23,8 por ciento) con fracturas panfaciales; 7 (33,3 por ciento) con compromiso variable del tercio superior y medio de la cara. Nueve pacientes (42,9 por ciento) presentaron lesiones faciales aisladas. 5 pacientes (23,8 por ciento) presentaron compromiso hemodinámico. Trece pacientes (61,9 por ciento) necesitaron un taponamiento nasal posterior, asociado o no a otro procedimiento para el control de la hemorragia. Ocho pacientes (38,1 por ciento) necesitaron reducción y osteosíntesis precoz como tratamiento definitivo. Conclusiones: La hemorragia incoercible por trauma maxilofacial es poco frecuente y rara vez es la causa primaria de shock hipovolémi-co. Se la debe sospechar especialmente en pacientes con lesiones faciales que llevan horas con sangrado, aún de poca cuantía, pero persistente. El taponamiento, sutura de heridas y reducción/OTS precoz son los pilares de su tratamiento.