Trastornos sexuales del varón inducidos por sustancias

La historia de la sexualidad nos muestra que la preocupación que ha demostrado de manera constante la medicina y las disciplinas conexas, fue encontrar fármacos o drogas que ayudaran a resolver las dificultades sexuales del varón, en primer lugar y sobre todo la llamada impotencia. La terapéutica farmacológica, aunque siempre ineficaz hasta hace muy pocos años, marcó el campo. Recién con el desarrollo de la farmacología del siglo XX, con la utilización masiva de variados fármacos para tratar todo tipo de afecciones, el interés médico se orientó a los efectos secundarios de los mismos, entre ellos, la repercusión sobre la vida sexual, la hoy llamada respuesta sexual. Hay dos grandes problemas en la consideración de este tema. En primer lugar, la literatura que proviene de los protocolos de investigación de los Laboratorios farmacéuticos, no consideran las repercusiones sobre la sexualidad de cada producto, lo que hace suponer que no ejerce ninguna influencia; o señalan dicha acción secundaria, pero hablan de “inhibición de la libido”, o “trastornos de la potencia”, sin señalar a qué se refiere cuando hablan de “libido” y “potencia”.

Tendríamos que suponer que se refieren al deseo, pero no es así. Y en cuanto a la eyaculación, no aclaran si la inhibe, la retarda o la acelera, aunque en este último caso nunca se señala. Además, los efectos secundarios sobre la esfera sexual se señalan a veces sin ninguna especificidad. Aunque han habido progresos en los Laboratorios, no se universalizó la práctica. En segundo lugar, la propia Medicina y particularmente la Psiquiatría y otras especialidades médicas que se ocupan de la sexualidad humana, como la Urología, la Endocrinología, la Angiología, la propia Farmacología y la Medicina Legal, no utilizan una terminología que sea universalmente aceptada para designar a los trastornos sexuales. Para este trabajo, nos basaremos en la Clasificación del DSM IV (1995), donde aparecen por primera vez los trastornos sexuales inducidos pro sustancias, como una entidad nosológica independiente(AU)