Gemcitabine-based adjuvant chemotherapy in subtypes of ampullary adenocarcinoma: international propensity score-matched cohort study.

BACKGROUND: Whether patients who undergo resection of ampullary adenocarcinoma have a survival benefit from adjuvant chemotherapy is currently unknown. The aim of this study was to compare survival between patients with and without adjuvant chemotherapy after resection of ampullary adenocarcinoma in a propensity score-matched analysis. METHODS: An international multicentre cohort study was conducted, including patients who underwent pancreatoduodenectomy for ampullary adenocarcinoma between 2006 and 2017, in 13 centres in six countries. Propensity scores were used to match patients who received adjuvant chemotherapy with those who did not, in the entire cohort and in two subgroups (pancreatobiliary/mixed and intestinal subtypes). Survival was assessed using the Kaplan-Meier method and Cox regression analyses. RESULTS: Overall, 1163 patients underwent pancreatoduodenectomy for ampullary adenocarcinoma. After excluding 187 patients, median survival in the remaining 976 patients was 67 (95 per cent c.i. 56 to 78) months. A total of 520 patients (53·3 per cent) received adjuvant chemotherapy. In a propensity score-matched cohort (194 patients in each group), survival was better among patients who received adjuvant chemotherapy than in those who did not (median survival not reached versus 60 months respectively; P = 0·051). A survival benefit was seen in patients with the pancreatobiliary/mixed subtype; median survival was not reached in patients receiving adjuvant chemotherapy and 32 months in the group without chemotherapy (P = 0·020). Patients with the intestinal subtype did not show any survival benefit from adjuvant chemotherapy. CONCLUSION: Patients with resected ampullary adenocarcinoma may benefit from gemcitabine-based adjuvant chemotherapy, but this effect may be reserved for those with the pancreatobiliary and/or mixed subtype.

ANTECEDENTES: Actualmente se desconoce si la quimioterapia adyuvante ofrece un beneficio en la supervivencia de los pacientes que se someten a resección de un adenocarcinoma ampular. El objetivo de este estudio fue comparar la supervivencia mediante la concordancia estimada por emparejamiento por puntaje de propensión, entre pacientes con y sin quimioterapia adyuvante después de la resección de un adenocarcinoma ampular. MÉTODOS: Se realizó un estudio internacional de cohortes multicéntrico, que incluyó a los pacientes que se sometieron a una duodenopancreatectomía por adenocarcinoma ampular (2006-2017) en 13 centros de seis países. Los puntajes de propensión se usaron para emparejar a los pacientes que recibieron quimioterapia adyuvante con los que no; tanto en la cohorte completa como en dos subgrupos (subtipo pancreaticobiliar / mixto e intestinal). La supervivencia se evaluó utilizando el método de Kaplan-Meier y las regresiones de Cox. RESULTADOS: En total, 1.163 pacientes fueron sometidos a una duodenopancreatectomía por adenocarcinoma ampular. Después de excluir a 179 pacientes, la mediana de supervivencia de los 976 pacientes restantes fue de 67 meses (i.c. del 95%, 56-78), de los cuales un total de 520 pacientes (53%) recibieron quimioterapia adyuvante. En una cohorte de emparejamiento por puntaje de propensión (194 versus 194 pacientes), la mediana de supervivencia fue mejor en los pacientes tratados con quimioterapia adyuvante en comparación con aquellos sin quimioterapia adyuvante (no se alcanzó la mediana de supervivencia versus 60 meses, respectivamente; P = 0,051). En el subtipo pancreaticobiliar/mixto se observó un beneficio en la supervivencia; no se alcanzó la mediana de supervivencia en pacientes que recibieron quimioterapia adyuvante versus 32 meses en el grupo sin quimioterapia, P = 0,020. El subtipo intestinal no mostró beneficio en la supervivencia de la quimioterapia adyuvante. CONCLUSIÓN: Los pacientes con adenocarcinoma ampular resecado pueden beneficiarse de la quimioterapia adyuvante basada en gemcitabina, pero este efecto podría reservarse para aquellos pacientes con subtipo de tumor pancreaticobiliar y/o mixto.

Multicentre observational cohort study of implementation and outcomes of laparoscopic distal pancreatectomy.

BACKGROUND: Laparoscopic distal pancreatectomy (LDP) is increasingly being performed as an alternative to open surgery. Whether the implementation and corresponding learning curve of LDP have an impact on patient outcome is unknown. The aim was to investigate the temporal trends in practice across UK centres. METHODS: This was a retrospective multicentre observational cohort study of LDP in 11 tertiary referral centres in the UK between 2006 and 2016. The learning curve was analysed by pooling data for the first 15 consecutive patients who had LDP and examining trends in surgical outcomes in subsequent patients. RESULTS: In total, 570 patients underwent LDP, whereas 888 underwent open resection. For LDP the median duration of operation was 240 min, with 200 ml blood loss. The conversion rate was 12·1 per cent. Neuroendocrine tumours (26·7 per cent) and mucinous cystic neoplasms (19·7 per cent) were commonest indications. The proportion of LDPs increased from 24·4 per cent in 2006-2009 (P1) to 46·0 per cent in 2014-2016 (P3) (P < 0·001). LDP was increasingly performed for patients aged 70 years or more (16 per cent in P1 versus 34·4 per cent in P3; P = 0·002), pancreatic ductal adenocarcinoma (6 versus 19·1 per cent; P = 0·005) and advanced malignant tumours (27 versus 52 per cent; P = 0·016). With increasing experience, there was a trend for a decrease in blood transfusion rate (14·1 per cent for procedures 1-15 to 3·5 per cent for procedures 46-75; P = 0·008), ICU admissions (32·7 to 19·2 per cent; P = 0·021) and median duration of hospital stay (7 (i.q.r. 5-9) to 6 (4-7) days; P = 0·002). After 30 procedures, a decrease was noted in rates of both overall morbidity (57·7 versus 42·2 per cent for procedures 16-30 versus 46-75 respectively; P = 0·009) and severe morbidity (18·8 versus 9·7 per cent; P = 0·031). CONCLUSION: LDP has increased as a treatment option for lesions of the distal pancreas as indications for the procedure have expanded. Perioperative outcomes improved with the number of procedures performed.

ANTECEDENTES: Cada día se utiliza más la pancreatectomía distal laparoscópica (laparoscopic distal pancreatectomy, LDP) como una alternativa a la cirugía abierta. Se desconoce si la implementación y la correspondiente curva de aprendizaje de la LDP tienen impacto en los resultados. El objetivo fue investigar las tendencias relacionadas con su implementación en los centros del Reino Unido a los largo del tiempo. MÉTODOS: Se realizó el estudio observacional retrospectivo y multicéntrico de una cohorte de LDP en once centros de referencia terciarios del Reino Unido entre 2006-2016. Se analizó la curva de aprendizaje agrupando los 15 primeros pacientes consecutivos de LDP y se compararon los resultados quirúrgicos con los obtenidos en los pacientes subsiguientes. RESULTADOS: En total, se incluyeron 570 pacientes con LDP y 888 con resección abierta. Para el LDP, la mediana de tiempo operatorio fue de 240 minutos con 200 ml de pérdida de sangre. La tasa de conversión fue del 12,2%. Las indicaciones más frecuentes fueron los tumores neuroendocrinos (26,7%) y las neoplasias quísticas mucinosas (19,7%). La proporción de LDP aumentó del 24% al 46% (de 2006-2009 a 2014-2016; P < 0,001). La LDP se realizó cada vez con mayor frecuencia en pacientes de ≥ 70 años (15,8% versus 34,4%, P = 0,002), en pacientes con adenocarcinoma ductal pancreático (6,5% versus 19,1%, P = 0,005) y en pacientes con tumores malignos avanzados (27,3% versus 51,85%, P = 0,016). Con el aumento de la experiencia, disminuyeron las tendencias de la tasa de transfusión sanguínea (14,1% al 3,5%, P = 0,008), los ingresos en la UCI (32,7% a 19,2%, P = 0.021) y la mediana de la duración de la estancia hospitalaria (7 (rango intercuartílico 5-9) a 6 (rango intercuartilico 4-7) días, P = 0,002). Tras 30 procedimientos, disminuyeron tanto la morbilidad global (57,7% versus 42,2%, P = 0,009) como las tasas de morbilidad grave (21,5% versus 14,6%, P = 0,022). CONCLUSIÓN: La pancreatectomía distal laparoscópica se ha incrementado como una opción de tratamiento para las lesiones del páncreas distal a medida que se han ido ampliando las indicaciones del procedimiento. Los resultados perioperatorios mejoran con el número de procedimientos realizados.