ABSTRACT
Cardiovascular diseases prevention strategies require refinement because their incidence decreases very slowly. Risk functions were developed by including classical cardiovascular risk factors (age, sex, smoking, diabetes, blood pressure, and basic lipid profile) in cohorts followed more than 10 years. They are reasonably precise for population screening of, principally, coronary artery disease risk, required in all cardiovascular primary prevention clinical guidelines. Coronary artery disease risk functions classify patients in risk strata to concentrate the maximum therapeutic and life style effort in the highest risk groups, in which the number needed to treat and cost-effectiveness are optimal. By communicating the relative risk and vascular age to patients, increased motivation to comply with the proposed drug and life-style modifications can be achieved. Approximately 20% of the population 35 to 74 years old has an intermediate risk that requires reclassification into high or low risk because they concentrate 35% of population coronary artery disease events. Several biomarkers (biochemical, genetic or imaging) are being tested to improve coronary artery disease risk functions precision. Computerized systems of health facilities should incorporate, automated risk calculation in order to support the preventive task of health care providers.
Las estrategias de prevención de las enfermedades cardiovasculares necesitan refinamiento porque su incidencia se reduce muy lentamente. Las funciones de riesgo incorporaron los factores de riesgo clásicos (edad, sexo, consumo de tabaco, diabetes, presión arterial, y perfil lipídico básico) en cohortes seguidas generalmente más de 10 años. Son razonablemente precisas para el cribado poblacional del riesgo de enfermedad coronaria exigido en las guías de práctica clínica. Clasifican a los pacientes en niveles de riesgo para concentrar un mayor esfuerzo terapéutico y preventivo en los de mayor riesgo, y en los que el número necesario a tratar y el coste-efectividad son óptimos. Proporcionar el riesgo relativo y de la edad vascular al paciente, le motiva a cumplir seguir tratamientos y estilos de vida. Alrededor del 20% de la población de 35 a 74 años tiene riesgo intermedio y requiere reclasificación a alto o bajo riesgo porque concentra 35% de eventos poblacionales de enfermedad coronaria. Se ensayan nuevos biomarcadores (bioquímicos, genéticos o de imagen) para mejorar la precisión de las predicciones. Si los equipos informáticos de los sistemas de salud incorporaran el cálculo automatizado del riesgo se facilitaría la tarea preventiva del personal asistencial.