ABSTRACT
Self-concept has been associated with health-related behaviors and emotional self-regulation, which can improve sleep. However, its involvement in sleep quality in a healthy adolescent population has been little studied. This study evaluated the association between self-concept and sleep quality in adolescents adjusting for sleep/wake habits. The cross-sectional study included 1,751 adolescents, 54% females, with an age of M = 16.76 ± 1.04 years. The information was collected through an electronic survey that contained the Patient Health Questionnaire, Sleep Habits Questionnaire, Pittsburgh Sleep Quality Index, and Self-Concept Scale. A significant association between self-concept, adjustment for adolescents´ characteristics and sleep/wake habits was observed (R2 = .17, F = 26.61, p < .001). That is, in addition to the adolescent habits, self-concept also contributed to the explanation of sleep/wake habits. These results reinforce the idea that the self-concept can be an essential factor that contributes to better sleep quality, despite the habits of adolescents.
Subject(s)
Sleep Quality , Sleep Wake Disorders , Female , Humans , Adolescent , Male , Cross-Sectional Studies , Sleep/physiology , Sleep Wake Disorders/epidemiology , Sleep Wake Disorders/psychology , Surveys and QuestionnairesABSTRACT
To evaluate the association between circadian health parameters and psychological and biological vulnerability, a cross-sectional study was conducted with 15 undergraduate medical interns using the Brief Resilience Scale, the Mini International Neuropsychiatric Interview, and an ambulatory circadian monitoring device. Circadian Health construct was confirmed by factor analysis. Vulnerability factors (history of depression and low resilience) were associated to lower circadian health of motor activity and temperature rhythms. The findings suggest that not only being depressed but also having had depressive episodes in the past, as well as having low resilience, are associated with chronodisruption, and may increase the risk for developing new episodes of depression.
Subject(s)
Circadian Rhythm , Depression , Internship and Residency , Sleep , Cross-Sectional Studies , Depression/etiology , Depression/psychology , Female , Humans , Male , Monitoring, Physiologic/instrumentation , Motor Activity , Psychiatric Status Rating Scales , Resilience, Psychological , Risk Factors , Stress Disorders, Traumatic, Acute/etiology , Young AdultABSTRACT
The medical career is considered highly stressful, especially during internships when academic and clinical demands, combined with changes in sleep patterns, increase students' likelihood to develop depression. Resilience, which is considered as opposite vulnerability to stress and, along with another protective factor, namely morningness, may cause a student to be less reactive to stimuli and, therefore, less prone to depression. The objective of this study was to evaluate the role of resilience and morningness facing to sleep quality and main risk factors, on the development of depression symptoms in a group of students with sleep pattern alterations. To this end, an observational and longitudinal study was performed with 30 undergraduate interns, with an average age of 22.63 years (SE ± 0.13), 33% men and 67% women. A survey was conducted in three different times during the year of internship: at the beginning (T1), in the middle (T2) and the end (T3). The instruments were the Brief Resilience Scale, Composite Scale of Morningness, Pittsburgh Sleep Quality Index and Patient Health Questionnaire. The path analysis examined the roles of morningness, sleep quality and resilience as potential mediators between family history of depression and depression symptoms at different times. The results showed that resilience had a protective effect on depression symptoms at T2 (ß = -0.18, p < 0.05) and with greater power at T3 (ß = -0.41, p < 0.05), as did morningness, although less strongly, on the symptoms at T3 (ß = -0.13, p < 0.05). A relationship between these two mediating variables was also observed (ß = 0.30, p < 0.05). The initial sleep quality had an effect on the increase of depression symptoms at T1 (ß = 0.61, p < 0.05) and T3 (ß = 0.21, p < 0.05), while family history of depression had a direct effect on the measures of depression at T2 (ß = 0.49, p < 0.05) and T3 (ß = 0.19, p < 0.05). Aside from personal risk factors, it is possible to conclude that the levels of resilience, morningness and sleep quality manifested by students at the beginning of their internship may explain the decrease in depression symptoms at the end of the course.
Subject(s)
Circadian Rhythm/physiology , Depression/physiopathology , Sleep Wake Disorders/physiopathology , Sleep/physiology , Adult , Depressive Disorder/physiopathology , Female , Humans , Longitudinal Studies , MaleABSTRACT
The recently modified General Law on Health (Ley General de Salud) establishes in article 74b, section VII, that any individual with mental or behavioral disorders will have <
Una de las limitantes más importantes que explican la diferencia entre las personas que necesitan servicios de salud mental y las que acceden a éstos, es el insuficiente número de psiquiatras. La media mundial de psiquiatras por cada 100 000 habitantes es de 3.96 (DE 5.94), la distribución de psiquiatras varía de una región a otra; existe un promedio de 0.06 en los países de bajos ingresos y de 9.0 en los de altos ingresos. La psiquiatría, como especialidad médica, es relativamente reciente. Es hasta el siglo XIX cuando el tratamiento de los trastornos mentales empieza a ser objeto de una especialidad médica. En México, la enseñanza de la psiquiatría como especialidad independiente se inicia en 1950. En 2010 se abrieron 137 plazas para la realización de la residencia en psiquiatría en diferentes partes de la República Mexicana. A pesar de esto, el número de psiquiatras es insuficiente además de que el ámbito de su actividad no corresponde a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. El objetivo del presente trabajo fue determinar el número y la distribución de los psiquiatras en la República Mexicana y proponer nuevos campos de acción del psiquiatra. Metodología Se realizó un estudio descriptivo, transversal, heterodémico. Se revisaron las siguientes fuentes de información: el Directorio de la Asociación Psiquiátrica Mexicana (APM) de 2008, el Directorio del Consejo Mexicano de Psiquiatría (CMP) de 2008, el Censo de 1990 y el II Conteo de Población y Vivienda 2005. Resultados En el Directorio de la Asociación Psiquiátrica Mexicana se encontraron 1 397 socios activos. En el Directorio del Consejo Mexicano de Psiquiatría están anotados 1430 psiquiatras certificados. En los últimos 20 años hubo un incremento de psiquiatras del 29%, pues pasaron de 1 108 a 1 430. Para el 2005 la población aumentó de 81.2 a 103.3 millones de personas, es decir hubo un incremento del 27%. Esto indica que la cantidad de psiquiatras se ha mantenido constante respecto al número de habitantes. Observamos que, en total, hay más psiquiatras certificados que miembros de la APM. En cuanto al segundo objetivo, a excepción del Distrito Federal, en el resto del país el número de psiquiatras por número de habitantes es notablemente inferior a la media mundial de 3.96/100 000 habitantes. En promedio, hay 1.3 psiquiatras/100 000 habitantes. En 22 Estados hay menos de un psiquiatra/100 000 habitantes. No se identificó ningún psiquiatra adscrito al primer nivel de atención y casi la mitad estaba adscrita a hospitales psiquiátricos. Conclusiones En México el número de psiquiatras es insuficiente para atender las necesidades de la población por lo que la opción es, como ha propuesto la OMS, reestructurar la atención a los trastornos mentales. En el modelo propuesto se establece un continuo desde la atención que se proporciona directamente en la comunidad, hasta la que se proporciona en los llamados centros de <
ABSTRACT
A partir de 1955 y por iniciativa del Dr. Alfonso Millán se creó en la Facultad de Medicina de la UNAM el primer programa de Salud Mental para estudiantes. En 1973, bajo la direción del Dr. Ramón de la Fuente, se inauguró un nuevo edificio y el programa fue ampliado a todos los estudiantes de la Ciudad Universitaria. De 1970 a 1976, y en 1984 se aplicó la prueba de MMPI a los estudiantes de primer ingreso a la carrera de medicina. Una vez identificados los estudiantes que requerían ayuda médico-psicológica, se les invitó para asistir al Departamento. En este Departamento se atiende de manera pluridisciplinaria al paciente que lo solicita, por un personal adiestrado especialmente para comprender los problemas de la población que atiende. Participan psiquiatras, psicólogos clínicos y trabajadores sociales psiquiátricos. El paciente-alumno recibe tratamiento psicológico y médico. Los miembros del programa participan también en proyectos de enseñanza y de investigación. El Departamento ha asesorado a otras instituciones en la ciudad de México y en el interior de la república. En este artículo se presentan los datos estadísticos sobre asistencia y sobre los problemas más frecuentes que son atendidos en este Departamento