RESUMEN
OBJECTIVE: To study gastroesophageal reflux (GER) in children undergoing gastrostomy in a single pediatric institution. MATERIAL AND METHODS: A retrospective study of patients undergoing gastrostomy from 2000 to 2017 was carried out. Demographic data, clinical data, progression, and complications were recorded. GER was considered positive in patients with clinical signs requiring antisecretory treatment, prokinetic treatment, or anti-reflux surgery to control symptoms. RESULTS: 207 patients with a median age of 2 years [R: 0.25-18] were included. Neurological impairment was the most frequent underlying condition (74%). Swallowing difficulty and undernourishment were the main surgical indications for gastrostomy. Prior to gastrostomy, 96 out of 207 patients (46%) showed GER symptoms. Combined fundoplication and gastrostomy was performed in 41 (43%) patients with preexisting GER, 6 of whom showed GER worsening (4 required redo fundoplication). 5 complications following fundoplication were noted - gastric perforation, sustained Dumping syndrome, and gastroesophageal stenosis. 55 out of 96 (57%) patients with preexisting GER underwent gastrostomy alone. Clinical signs disappeared in 16 of them (29%) and improved or stabilized in 19 (35%). GER worsening occurred in 20 patients (36%), with subsequent fundoplication being required in 10 cases. In patients with no previous clinical signs (111 out of 207), GER symptoms occurred following gastrostomy in just 18 cases (16%), and only 2 patients required fundoplication. CONCLUSIONS: In our experience, routine anti-reflux surgery combined with gastrostomy is not justified. Individualized fundoplication should be considered in case of medical treatment failure. Further studies with an adequate design are required to establish which patients could really benefit from this procedure.
OBJETIVO: Estudio del reflujo gastroesofágico (RGE) en los pacientes en los que se ha realizado una gastrostomía en nuestro centro. MATERIAL Y METODOS: Revisión de los pacientes intervenidos de gastrostomía en el periodo 2000-2017. Registro de datos demográficos, clínicos, evolución y complicaciones. Definimos RGE como la presencia de clínica compatible en pacientes que requirieron tratamiento médico o quirúrgico antirreflujo. RESULTADOS: Incluimos 207 pacientes con una mediana de edad de 2 años [r:0,25-18]. La patología subyacente más frecuente fue déficit neurológico (74%). Las indicaciones quirúrgicas fueron trastornos deglutorios y/o desnutrición. Previamente a la gastrostomía, 96/207 pacientes (46%) presentaban clínica de RGE. Se realizó funduplicatura asociada a gastrostomía en 41/96 (43%) de los pacientes con RGE previo. En 6/41 pacientes (15%) el RGE empeoró, requiriendo 4 de ellos una segunda funduplicatura. Se registraron 5 complicaciones tras funduplicatura (perforaciones gástricas, síndromes de Dumping prolongados y estenosis esofagogástrica). En 55/96 pacientes con RGE previo a la gastrostomía no se asoció funduplicatura. La clínica desapareció en 16/55 (29%), y mejoró o se estabilizó en 19/55 pacientes (35%). En 20/55 (36%) la sintomatología empeoró, y 10 de ellos precisaron una funduplicatura posterior. De los pacientes sin clínica previa de RGE (111/207), presentaron síntomas de RGE tras la gastrostomía 18/111 (16%), y solo 2 pacientes requirieron funduplicatura. CONCLUSIONES: Según nuestra experiencia, la funduplicatura de rutina asociada a la gastrostomía no está justificada. En caso de fracaso del tratamiento médico del RGE, una técnica antirreflujo debe plantearse de forma individualizada. Son necesarios estudios adecuadamente diseñados para definir qué pacientes realmente se beneficiarían de este procedimiento.