En la actualidad, el término
Pneumocystis hace referencia a un
género de
hongos unicelulares que infecta a diferentes
mamíferos, incluido el
ser humano. Sin embargo, originalmente, se creó para describir a un único microorganismo denominado
Pneumocystis carinii, que durante más de 80 años se consideró de manera errónea como un protozoo capaz de infectar una amplia variedad de especies de
animales. Esta idea se mantuvo hasta finales de los años ochenta del siglo xx, cuando mediante
técnicas de
biología molecular se pudo caracterizar como un hongo atípico. Estudios posteriores permitieron demostrar que no se trataba de un patógeno único, sino de un grupo de microorganismos ubicuos con
tropismo pulmonar y alta
especificidad por
sus hospedadores, que constituían especies diferentes dentro del
género Pneumocystis. Hasta el momento actual, se han caracterizado 5 de estas especies, incluido
Pneumocystis jirovecii que es la que infecta al
ser humano.1La
neumonía causada por P. jirovecii continua siendo una de las
enfermedades oportunistas más frecuentes en los
pacientes con
infección por el
virus de inmunodeficiencia humana (
VIH), a
pesar del
empleo de
quimioprofilaxis y de la terapia antirretroviral de gran actividad. Por otra parte, su
incidencia parece estar aumentando entre individuos con otras
causas de inmunodepresión, donde la
mortalidad puede alcanzar hasta 50 por ciento, como los
pacientes con
enfermedades autoinmunes, con
cáncer o con
trasplantes y, recientemente, en los
tratados con los nuevos
fármacos biológicos inmunomoduladores.2La carencia de un medio de cultivo para el
crecimiento de este microorganismo es un obstáculo importante para su estudio, que ha dificultado el
conocimiento de su
epidemiología, así como de su
biología y
susceptibilidad a los
fármacos. Por esa razón, muchos de los aspectos que se conocen del patógeno han sido gracias al
empleo de
técnicas moleculares. Estas
técnicas, como la
reacción en cadena de la polimerasa, han permitido...