RESUMO
Durante toda su vida, las células T responden a señales específicas según su afinidad por el antígeno. La mayoría de los estudios sobre las funciones de los linfocitos T han empleado modelos de alta afinidad, que inducen respuestas dramáticas pero que pueden no ser representativos de los procesos fisiológicos. Para comprender estos últimos se necesitan modelos adecuados de baja afinidad. En estos momentos hay disponibles pocos modelos de baja afinidad; uno de ellos es la respuesta a superantígenos endógenos en cepas de ratón "no eliminadoras", que no expresan moléculas IE de clase II. En el ratón, estos superantígenos están codificados por secuencias provirales de "Mouse Mammary Tumour Virus" (MMTV) insertadas en el genoma. Cuando estos superantígenos son presentados por moléculas IA de clase II, inducen una respuesta subóptima de las células T. El modelo de respuesta de baja afinidad a superantígenos endógenos evita los problemas ligados a la utilización de ratones transgénicos para el TCR, y ya ha permitido identificar distintos factores que controlan las respuestas de baja afinidad y que no afectan a las de alta afinidad. Especialmente, y entre otros resultados, han permitido detectar una regulación específica de las células T + por las B y T +. Los resultados obtenidos podrían ser aplicables a otras interacciones de baja afinidad, que son de especial interés en el desarrollo de procesos de autoinmunidad (AU)