RESUMEN
El trabajo propone el cuestionamiento de los diferentes elementos que movilizan el cambio
psíquico en el trabajo analítico. Se discute en torno a la técnica surgida a partir de las
teorizaciones de S. Freud y de la Escuela Francesa, en donde la palabra analítica posibilita
nuevas correlaciones vivenciales y toca los cuerpos, al poseer "textura e ir cargada de
afecto. Hace referencia a la voz materna capaz de erotizar el cuerpo y el psiquismo del hijo;
la voz del analista reedita y amplía esa erotización en términos de la apertura de una red
multiplicada de conexiones posibles. El proceso regresivo-progresivo del analista incluye lo
sensorial como polo de origen que utiliza la metáfora como puente a la significación. La voz
es la mediación que va de lo sensorial a la palabra, atravesando el cuerpo y posibilita que la
experiencia corporal se transforme en algo psíquico. Disertaremos sobre la palabra analítica
como intervención mínima, de tipo enzimático que activa transformaciones emocionales en
el campo, constituyendo una zona de convivencia de lo psíquico y lo somático, un territorio
anfibio entre la sensación y el signo (AU)