El psicoanálisis en las encrucijadas de la cultura

El psicoanálisis forma parte de la cultura y la sociedad donde se despliega su experiencia. A la vez, siendo un producto de la cultura, vuelve a ella con una interpretación crítica de sus fundamentos. El artículo trata de hacer visibles algunos indicadores de los cambios en la cultura y la vida social actual, haciendo eje en los significados y valores que caracterizan el funcionamiento actual de la relación social, entendiendo y destacando que la misma experiencia del análisis constituye una forma de relación social con sentido terapéutico. Entre estos indicadores se detiene en el análisis del nuevo sujeto cuya identidad social se construye bajo los valores del consumo; el señalamiento de la desconfianza, que vincula en sus efectos de desligadura en la relación social con la pulsión de muerte; y en las nuevas vicisitudes de las relaciones de sexo y amor en el funcionamiento de la pareja. Finalmente el desafío para el psicoanálisis, cuya experiencia se guía por la producción de la verdad histórica, frente a una cultura que tiende a desestimarla (AU)

"Desmanicomialización institucional y subjetiva" / Conference “Institutional and subjective deasylisation”

Emiliano Galende caracteriza a las instituciones y su papel en la formación de subjetividad, y describe la institución manicomial y sus efectos de aplastamiento del sujeto social. Realiza un recorrido histórico de la consideración social de la locura desde las épocas en que no regían las categorías de normalidad y anormalidad hasta que, con Esquirol, es concebida como una enfermedad. Considera las influencias filosóficas que, a partir de Descartes, ubican al sujeto en posición de objeto de un saber positivo, el de la medicina. Los lazos de la neuropsiquiatría y el derecho penal positivo explican el surgimiento de dos instituciones igualmente represivas: la cárcel y el manicomio. Ambas, imbuidas de fuertes connotaciones morales, se proponen la corrección de las conductas. En el cambio epistemológico y ético que supone la desmanicomialización, los psicoanalistas se encuentran en una posición más apta para la consideración del otro como sujeto

Reflexiones sobre el método psicoanalítico

En este artículo se establece una diferencia

entre método y técnica psicoanalíticos

y se toman como referencia los distintos

métodos de investigación de las ciencias

humanas.

El autor señala que a diferencia de

otras prácticas psicoterapéuticas que también

hacen uso de la palabra, el método

psicoanalítico es lo que ha permanecido

en el tiempo como lo más específico en la

búsqueda de un saber que está siempre del

lado del paciente y no como la aplicación

de saberes teóricos preestablecidos por parte

del terapeuta. Esta producción de nuevos

conocimientos surgidos mediante el método

psicoanalítico, nuestro método de investigación,

involucra al analista y al paciente

en una experiencia única organizada a

partir de la asociación libre y la atención

flotante por un lado y por el otro de la abstinencia

y la neutralidad valorativa.

La pareja analítica, implicada en una

relación de transferencia recíproca, trabaja

dentro de las tres dimensiones temporales

con el objetivo de alcanzar la entereza y la

integridad subjetiva del paciente

La atención de la salud mental y sus modelos en el nuevo contexto social

El Comité de Conferencias Interregionales de la IPA, con la colaboración de APdeBA, APA y SAP, organizaron, junto con el Departamento de Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UBA, la V Jornada Científica que se llevó a cabo en Buenos Aires. El tema central, Desafíos al Psicoanálisis en el Siglo XXI: Salud Mental..., fue seleccionado teniendo en cuenta el compromiso de cada una de las instituciones convocantes con las problemáticas de la Salud Mental con que nos enfrenta el nuevo siglo que comienza y las propuestas que provienen del Psicoanálisis y de otras disciplinas afines. Este libro es la recopilación de los trabajos presentados por importantes autores argentinos y extranjeros en las conferencias, paneles y grupos interdisciplinarios de dicho evento

Vicisitudes de la integración social y de la vida en comunidad

El desarrollo de Salud Mental se sostiene en una ética que considera al sujeto del sufrimiento mental, su historia, su sensibilidad, su experiencia y su memoria, como la dimensión conflictiva de toda existencia humana y propone al sujeto una comprensión conjunta del malestar psíquico, esto es, su participación en el proceso de atención. La consideración del trastorno como "enfermedad" por parte de la psiquiatría positivista prescinde del sujeto e ignora el conflicto que expresa el síntoma, ya que éste sería solamente el signo de un trastorno en sus equilibrios cerebrales, proponiéndose por consiguiente suprimirlo a través del medio artificial del medicamento. Los psiquiatras se valen para esto de un nuevo valor cultural. Observemos la afinidad de estos anhelos a actuar a través de drogas sobre la vida emocional, el rendimiento físico, sexual, intelectual, agilizar la velocidad de los encuentros sexuales, vencer a los malestares y las impotencias de la existencia, que ha puesto en un primer lugar dos formas de consumo que responden a las mismas coordenadas: los psicofármacos y las drogas ilícitas. Esto es una producción de identidad social: del objeto al ser. Nos invitan por este medio a ser otro de lo que somos. Pero también la dirección es inversa: del ser al objeto. Es decir, de transformar al ser en un objeto más de consumo. Todos podemos devenir un objeto para ser utilizado, comprado, desechado. Se puede comprar sexo; se puede comprar niños u órganos que no tenemos, o de los que queremos gozar, se compra a la policía, al político. Algunos hablan de "producirse" o de "venderse" bien, cuando en el afán de algún éxito se muestran como siendo otros. Todo el consumo está ahora dirigido a generar la ilusión de que "podemos ser otro de lo somos". Esta es "la ilusión de no ser", ilusión de suspender la condición subjetiva que nos hace presente lo que somos y lo que vivimos. El autor analiza cómo esta "ilusión de no ser", aloja en sus entrañas un principio de autodestrucción, que Freud visualizó y denominó "pulsión de muerte"