ABSTRACT
En las dos últimas décadas se ha prestado especial atención a las bases biológicas de la conducta agresiva: la neurotransmisión serotoninérgica ocupa un lugar preferente, tanto en los trabajos de experimentación animal como en estudios realizados en pacientes psiquiátricos, en muestras de sujetos de conducta antisocial y en individuos normales. Hay abrumadora evidencia a favor del papel relevante de la neurotransmisión 5-HT en la modulación de la conducta agresiva o violenta, especialmente la asociada con una pérdida del control de los impulsos. Se revisan los datos disponibles en la literatura y se aportan los resultados de un estudio llevado a cabo en sujetos normales mediante el test de estimulación con fluxetina. Se disctuten las implicaciones terapéuticas que ofrecen estos estudios