ABSTRACT
El objetivo de este estudio fue conocer los roles de género que predicen las actitudes negativas hacia la alimentación entre adolescentes de dos diferentes contextos socioculturales (tradicional vs. no tradicional) de México. Participaron 392 mujeres de entre 13 y 18 años de edad (M = 15.02, DE = 1.32) provenientes de dos contextos socioculturales diferentes, uno considerado tradicional (Pungarabato, Guerrero) y uno considerado no tradicional (Ciudad de México), quienes completaron el Inventario de Masculinidad y Feminidad (IMAFE) y el Test de Actitudes Alimentarias (EAT-40). Los resultados muestran que las características negativas del rol de género predicen las actitudes negativas hacia la alimentación: Sumisión para las adolescentes de los contextos tradicionales, y Machismo para las de contextos no tradicionales. Este estudio propone que los contextos sociales en los que se desarrollan los jóvenes influyen en sus actitudes hacia la alimentación y, por tanto, pudieran conformarse como un factor que eleva el riesgo de aparición de la sintomatología asociada a los trastornos de la conducta alimentaria. Esta investigación fundamenta la necesidad de diseñar campañas de prevención específicas al tipo de población.
The objective of this study was to know the gender roles that predict negative attitudes towards eating among adolescents from two different sociocultural contexts of Mexico (traditional vs. non-traditional). Participants were 392 women between 13 to 18 years old (M = 15.04; SD= 1.32) from two different sociocultural contexts: traditional (Pungarabato, Guerrero) and non-traditional (Mexico City) who answered the Masculinity and Femininity Inventory (IMAFE) and the Eating Attitudes Test (EAT-40). Results showed that negative characteristics of gender role predict negative attitudes towards eating: Submission for adolescents from traditional contexts, and Machismo for those from non-traditional contexts. This study proposes that social contexts in which young population grow influence their eating attitudes and therefore, may be considered as a risk factor for the development of symptomatology of eating disorders. This research supports the need to design prevention campaigns according the type of population.