ABSTRACT
Quando se trabalha em terapia sistêmica, especialmente com casais, não é raro encontrar-se com alguns que brigam sem cessar, que não deixam passar nenhuma oportunidade para ferirem-se mutuamente, para fazerem-se mal com todos os recursos que possuem ao seu alcance, geralmente sem violência física, terminando as brigas sem que exista uma mínima reconciliação. São estes casais que, quando alguém os recebe acaba dizendo (em voz alta ou pra si mesmo, segundo como seja o seu dia): “por que não se separam?”. É uma pergunta pertinente. Se como parece, seu principal objetivo como casal é machucar-se mutuamente, e sofrem com sua relação, e não possuem motivos legais ou econômicos importantes que o impeçam, o divórcio poderia ser uma boa alternativa. Então, por que não se separam? Este artigo trata de dar respostas a essa pergunta, propondo que a origem do conflito interminável está em uma traição da confiança do casal com a família de origem, em uma situação de bloqueio da saída, quer dizer, da ruptura da relação. Utiliza-se, finalmente, um fragmento da ópera Aida, de Verdi, para exemplificar a proposta.(AU)
When you are working in systemic family therapy, especially with couples, it is not uncommon to find some of them fighting all the time, taking whatever opportunity to hurt each other, harming the other person and the relationship with the resources at hand, usually without physical violence. The fights stop with our repair or forgiveness. These are couples, when you see them you end up just saying (aloud or to yourself, depending on how you feel that day): "Why don´t you just break up?" It is an important question. If, as seems, the primary goal as a couple is to harm each other, and both suffer in their relationship, and there are no major legal or economic reasons that make them stay together , the divorce could be a good alternative. So why don´t they just separate? The article tries to answer exactly this question, suggesting that the source of endless conflict is a betrayal of the trust of each member of the couple with his or her family of origin. They can´t divorce because their loyalty to their family of origin blocks this exit: breakdown of the relationship. A fragment of Aida, Verdi's opera is used as an example to back up our working hypothesis.(AU)
Cuando se trabaja en terapia sistémica, especialmente con parejas, no es extraño encontrarse con algunas que se pelean sin cesar, que no dejan pasar ninguna oportunidad para herirse mutuamente, para hacerse daño con todos los recursos que tienen a su alcance, generalmente sin violencia física, terminando las peleas sin que haya una mínima reconciliación. Son esas parejas que, cuando uno las recibe acaba diciendo (en alta voz o para sus adentros, según como tenga el día): “¿Por qué no se separan?”. Es una pregunta pertinente. Si como parece, su principal objetivo como pareja es dañarse mutuamente, y sufren con su relación, y no hay motivos legales o económicos importantes que se lo impidan, el divorcio podría ser una buena alternativa. Entonces, ¿por qué no se separan?. El artículo trata de dar respuesta a esa pregunta, proponiendo que el origen del conflicto interminable está en una traición de la confianza de la pareja con la familia de origen, en una situación de bloqueo de la salida, es decir, de la ruptura de la relación. Se utiliza finalmente un fragmento de Aída, la ópera de Verdi, para ejemplificar la propuesta.(AU)
Subject(s)
Divorce/trends , Trust/psychology , Family Conflict/psychology , Marriage/psychology , Couples TherapyABSTRACT
Varios estudios recientes señalan los importantes cambios ocurridos en las pautas de formación de la familia en el país, particularmente a partir de la década de los años 1960. Entre dichos cambios se destacan, principalmente para la Ciudad de Buenos Aires, la postergación del primer matrimonio y el aumento de las uniones consensuales. Este trabajo avanza sobre ese conocimiento con datos tomados de la Encuesta Anual de Hogares 2002 de la Ciudad de Buenos Aires; la misma incluye una serie de preguntas que permiten reconstruir las trayectorias en la formación y disolución de la familia, así como avanzar en el análisis de este fenómeno desde una perspectiva longitudinal. Los resultados muestran cómo, a partir de la generación de 1960, se posterga la entrada al matrimonio, y que ello no se explica enteramente por un cambio en la modalidad de formación de la familia a través de la unión consensual. La unión consensual ha aumentado paulatinamente hasta transformarse en la modalidad más frecuente de formación de la primera unión, a partir de la generación de 1970. Se observa, además, un crecimiento sostenido de generación en generación en las tasas de disolución del primer matrimonio. (AU)