RESUMO
Objetivo. Identificar el perfil de las mujeres con rotura vaginal y establecer una posible relación con los factores encontrados. Material y métodos. Se trata de una revisión de los últimos 6 años (1998-2003) de las mujeres que habían asistido a urgencias de la maternidad por dolor agudo, sensación de masa en sus genitales y sangrado vaginal, producido después de una relación sexual o que se presentó espontáneamente tras un esfuerzo. Resultados. La mayoría de las roturas vaginales (96,6%) se presentan en forma de desgarros, en mujeres jóvenes y están asociadas a las relaciones sexuales. Las roturas vaginales con evisceración son extremadamente raras (6,6%), se pueden presentar en mujeres jóvenes asociadas también a relaciones sexuales y a alguna disfunción previa del suelo pelviano. La rotura vaginal espontánea con evisceración se puede presentar en mujeres menopáusicas (3,3%) con disfunción del suelo pelviano y con antecedentes o no de cirugía ginecológica previa. En todos los casos se puede realizar el tratamiento quirúrgico por vía vaginal, las complicaciones son raras y la estancia hospitalaria, muy corta. Conclusiones. La evisceración vaginal es un episodio raro y está más frecuentemente relacionado con la disfunción pelviana y con el coito. Los factores de mayor riesgo son: el hipoestronismo, la edad posmenopáusica o una disfunción pelviana previa. El manejo ideal de este cuadro grave o menos grave es el abordaje por vía vaginal, que se debe individualizar según el estado de vitalidad de los órganos eviscerados (AU)
Objective. To identify the profile of women with vaginal rupture and establish a possible relationship with the factors encountered. Material and methods. A review was made of those women who had attended the Maternity emergency department over the last 6 years, with acute pain, a sensation of fullness in their genital area and vaginal bleeding following sexual relations, or which presented spontaneously after making some effort. Results. The majority of vaginal ruptures (96.6%) were presented as tears in young women and were associated with sexual relations. Vaginal ruptures with evisceration are extremely rare (6.6%), and may also present in young women, associated with sexual relations and the previous existence of some pelvic floor dysfunction. Spontaneous vaginal rupture with evisceration may present in postmenopausal women (3.3%) with pelvic floor dysfunction and possibly previous gynaecological surgery. Surgery is carried out vaginally, complications are rare, and hospital stay is very short. Conclusions. Vaginal evisceration is a very rare event, and is most frequently related to pelvic dysfunction and coitus. The greatest risk factors are: hypoestronism, the postmenopausal age, and previous pelvic dysfunction. The ideal management of this serious entity is by vaginal route, although depending on the state of the eviscerated organs (AU)