RESUMO
Agricultural food production and agriculturally-related change in land use substantially contribute to greenhouse-gas emissions worldwide. Four-fifths of agricultural emissions arise from the livestock sector. Although livestock products are a source of some essential nutrients, they provide large amounts of saturated fat, which is a known risk factor for cardiovascular disease. We considered potential strategies for the agricultural sector to meet the target recommended by the UK Committee on Climate Change to reduce UK emissions from the concentrations recorded in 1990 by 80% by 2050, which would require a 50% reduction by 2030. With use of the UK as a case study, we identified that a combination of agricultural technological improvements and a 30% reduction in livestock production would be needed to meet this target; in the absence of good emissions data from Brazil, we assumed for illustrative purposes that the required reductions would be the same for our second case study in São Paulo city. We then used these data to model the potential benefits of reduced consumption of livestock products on the burden of ischaemic heart disease: disease burden would decrease by about 15% in the UK (equivalent to 2850 disability-adjusted life-years [DALYs] per million population in 1 year) and 16% in São Paulo city (equivalent to 2180 DALYs per million population in 1 year). Although likely to yield benefits to health, such a strategy will probably encounter cultural, political, and commercial resistance, and face technical challenges. Coordinated intersectoral action is needed across agricultural, nutritional, public health, and climate change communities worldwide to provide affordable, healthy, low-emission diets for all societies.
Assuntos
Agricultura , Poluição do Ar/prevenção & controle , Animais Domésticos , Abastecimento de Alimentos , Efeito Estufa/prevenção & controle , Saúde Pública , Animais , Brasil , Conservação dos Recursos Naturais , Gases/análise , Humanos , Política Pública , Reino UnidoRESUMO
La expresión "epidemiología molecular" comienza a ser de uso general, pero sus implicaciones son ambiguas. Definida de la forma más sencilla, supone la inclusión en las investigaciones epidemiológicas de medidas biológicas en el nivel molecular y, por ende, es una manifestación del uso cada vez mayor de medidas biológicas en el campo de la epidemiología. Las mediciones propias de la "epidemiología molecular" suelen corresponder a la detección de estructuras moleculares que han sufrido daño o que varían en la naturaleza, o bien emplean técnicas inmunológicas para detectar moléculas específicas de productos determinados por la acción de genes. (En cambio, la medición de concentraciones bioquímicas, como ocurre con los estrogenos plasmáticos, no exige tener información sobre la estructura molecular.) Las técnicas de la epidemiología molecular se pueden emplear para medir la exposición, la respuesta biológica temprana o las características del huésped que influyen en su susceptibilidad. También podrían servir para dilucidar fenómenos biológicos mediadores y para diferenciar los que son dañinos para la salud. Se han empleado, biomarcadores moleculares especialmente en la epidemiología del cáncer, para medir la magnitud del daño. ADN, los polimorfismos genéticos heredables que influyen en la susceptibilidad y los genes que se asocian con el cáncer. Los epidemiólogos que estudian las enfermedades infecciosas usan mediciones moleculares de cepas genéticas de microbios y, junto con sus colegas en el campo de la epidemiología del cáncer, miden los ácidos nucleicos de origen vírico dentro de las células huésped. El término "epidemiología molecular" puede sugerir que existe una subdisciplina con un nuevo campo de investigación bastante amplio. Sin embargo, las técnicas moleculares se destinan principalmente a cuantificar mejor la exposición, el efecto o la sensibilidad, y no a formular nuevas hipótesis etiológicas. Como técnicas de perfeccionamiento y elaboración, las medidas coleculares, integradas a la corriente actual de las investigaciones epidemiológicas, pueden proporcionar respuestas más exactas a interrogantes sobre las causas de enfermedad
Versión original publicada en: American Journal of Epidemiology Vol. 140:1-11, 1994