RESUMO
Background: Differences in grey and white matter structure have been found between trauma-exposed individuals with and without PTSD. Yet, it remains unclear which functional processes are underlying these volumetric changes. Avoidance- and suppression-based emotion regulation strategies are candidates of interest since they play an important role in the development and maintenance of PTSD. Method: We used voxel-based morphometry to examine differences in brain structure in 20 recently trauma-exposed individuals and 20 healthy controls in respect of their relation to emotion regulation. Results: We found a significantly larger white matter volume close to the right inferior frontal gyrus (rIFG) in patients compared to healthy controls. White matter volume close to the rIFG was positively correlated with expressive suppression. Conclusion: The region of volumetric white matter difference in our study overlaps with brain regions previously associated with executive functioning and inhibitory control, functions that are known to be impaired in PTSD. Our findings support the idea that impaired executive functions in PTSD might be compensated by suppression-based emotion regulation strategies.
Antecedentes: Se han encontrado diferencias en estructuras de la sustancia gris y blanca entre individuos expuestos a trauma con y sin TEPT. Sin embargo, no está claro qué procesos funcionales subyacen a estos cambios volumétricos. Las estrategias de regulación emocional basadas en la supresión y evitación son candidatas de interés ya que desempeñan un rol importante en el desarrollo y mantención del TEPT.Método: Usamos morfometría basada en voxel para examinar las diferencias en la estructura cerebral en 20 individuos recientemente expuestos a trauma y 20 controles sanos, con respecto a su relación con la regulación emocional.Resultados: Encontramos un volumen de sustancia blanca significativamente mayor cerca de la circunvolución frontal inferior derecha (rIFG por sus 35 siglas en inglés) en pacientes comparados con los controles sanos. El volumen de sustancia blanca cerca del rIFG se correlacionó positivamente con la supresión expresiva.Conclusiones: La región de diferencia de volumen de materia blanca en nuestro estudio se superpone con las regiones del cerebro previamente asociadas con el funcionamiento ejecutivo y el control inhibitorio, las que se conocen que están alteradas en el TEPT. Nuestros hallazgos apoyan la idea que las alteraciones de las funciones ejecutivas en el TEPT podrían compensarse con estrategias de regulación emocional basadas en la supresión.
RESUMO
Increasing evidence supports a close link between REM sleep and the consolidation of emotionally toned memories such as traumatic experiences. In order to investigate the role of sleep for the development of symptoms related to traumatic experiences, beyond experimental models in the laboratory, sleep of acutely traumatised individuals may be examined on the first night after trauma. This might allow us to identify EEG variables predicting the development of posttraumatic stress disorder (PTSD) symptoms, and guide the way to novel sleep interventions to prevent PTSD. Based on our experience, patients' acceptance of polysomnography in the first hours after treatment in an emergency room poses obstacles to such a strategy. Wearable, self-applicable sleep recorders might be an option for the investigation of sleep in the aftermath of trauma. They would considerably decrease the perceived burden for patients and thus increase the likelihood of successful patient recruitment. As one potential sleep intervention, sleep deprivation directly after trauma has been suggested to reduce the consolidation of traumatic memories and hence act as a secondary preventive measure. However, experimental data from sleep deprivation studies in healthy volunteers with the trauma film paradigm have been inconclusive regarding the beneficial or detrimental effects of sleep on traumatic memory processing. Depending on further insights into the role of sleep in traumatic memory consolidation through observational and experimental studies, several options for therapeutic sleep interventions are conceivable: besides behavioural sleep deprivation, selective REM sleep suppression or enhancement by a pharmacological intervention into the serotonergic, noradrenergic or cholinergic systems might provide novel therapeutic options. While REM-modulating drugs have been used with some success for the prevention of PTSD after trauma, they have never been tried before the first night of sleep. In conclusion, more experimental and observational research is needed before sleep interventions are performed in actual trauma victims.
La evidencia creciente respalda un vínculo cercano entre el sueño REM y la consolidación de recuerdos emocionalmente teñidos tales como las experiencias traumáticas. Con el fin de investigar el papel del sueño REM para el desarrollo de síntomas clínicos relacionados con experiencias traumáticas, más allá de los modelos experimentales en el laboratorio, se examinó el sueño de individuos traumatizados de forma aguda la primera noche después del evento traumático. Esto nos permitiría identificar las variables de EEG que predicen el desarrollo de los síntomas del trastorno de estrés postraumático (TEPT) y guiar el camino hacia nuevas intervenciones del sueño para prevenir el TEPT. Basado en nuestra experiencia, la aceptación de los pacientes de la polisomnografía completa en las primeras horas después de su tratamiento en una sala de emergencias plantea obstáculos para dicha estrategia. Sistemas de registro de sueño que sean portables y autoinstalables podrían ser una opción para la investigación del sueño en las secuelas del trauma. Disminuirían considerablemente la carga percibida para los pacientes y, por lo tanto, aumentarían la probabilidad de un reclutamiento exitoso de pacientes. Como una posible intervención del sueño, se ha sugerido que la privación total del sueño posterior al trauma reduce la consolidación de los recuerdos traumáticos y, por lo tanto, actúa como una medida preventiva secundaria.Sin embargo, los datos experimentales de estudios de privación del sueño en voluntarios sanos con el 'trauma film paradigm' no han sido concluyentes con respecto a los efectos beneficiosos o perjudiciales del sueño en el procesamiento de la memoria traumática.Dado que la privación del sueño en la primera noche después de la traumatización podría no ser aceptable para muchas personas traumatizadas, la supresión selectiva del sueño REM, por ejemplo, mediante una intervención farmacológica, podría ser una alternativa dado el papel del sueño REM en la consolidación de la memoria emocional. Si bien los antidepresivos supresores de REM ya se han utilizado con cierto éxito para la prevención del TEPT, hasta ahora no se han probado antes de la primera noche de sueño después de un trauma. En conclusión, se necesita más investigación experimental y observacional antes de que se realicen intervenciones de sueño en víctimas de trauma reales.
