Heminefrectomía retroperitoneoscópica / Retroperitoneoscopic heminephrectomy

RESUMEN

La práctica de las técnicas de cirugía minimamente invasiva (CMI) en el espacio retroperitoneal, presenta una dificultad adicional debida a la ausencia de una cavidad real y a la presencia de un denso tejido graso que envuelve las estructuras, lo que obliga a la creación artificial de un espacio de trabajo. Se presentan tres casos de heminefrectomía polar superior vía retroperitoneoscópica en pacientes de tres meses, seis meses, y seis años. En todos se colocó un puerto de 1 cm para la óptica y dos de 0,5 cm para el instrumental, la utilización del bisturí ultrasónico resultó de gran utilidad para escindir de forma exangüe el tejido renal. No se precisó el uso de drenajes y todos los pacientes abandonaron el hospital en las primeras 48 horas tras la intervención. Desde que en 1994 Figenhans y Clayman comunicaron la primera nefrectomía laparoscópica en el niño, la técnica se ha ido generalizando y sus ventajas frente a la cirugía convencional son actualmente universalmente aceptadas. Sin embargo, aunque menos difundida, la vía retroperitoneoscópica para la práctica de la heminefrectomía polar permite una disección del hilio renal extremadamente precisa y una excelente diferenciación del parénquima correspondiente a cada hemirriñón, compatibilizando la extirpación del hemirriñón enfermo con la máxima conservación de la función del otro hemirriñón y de la glándula suprarrenal (AU)

ABSTRACT

The practice of minimally invasive surgery techniques in the retro-peritoneal space presents additional difficulties. Due to the absence of a real cavity and the presence of a dense fat tissue involving the structures, the need for an artificial space to work in is necessary. We present three cases of the retro-peritoneal superior heminephrectomy present in a 3-months, 6-months and a 6-year old children. In all cases a 1 centimeter port for the optique and two 0.5 centimeter ports for the instruments were situated, and the use of harmonic scalpel was satisfactory to remove renal tissue without bleeding. Drainages were unnecessary and all of the children left the hospital within the first 48 post-operative hours. Since 1994, when Figenhans and Clayman communicated the first laparoscopic nephrectomy in children, the technique has been used generally and their forward advances in conventional surgery are now universally accepted. Furthermore, the practice of polar retro-peritoneoscopic heminephrectomy allowed a very precise renal hiliar dissection and an excellent differentiation of each hemirenal tissue, separating the ill kidney and preserving the maximum function possible for the other half-kidney and the adrenal gland (AU)